Una fiscalización rutinaria de la Dirección del Trabajo en el Terminal Santiago dejó al descubierto serias irregularidades en los tiempos de descanso de los choferes de buses interurbanos.

Un conductor de la empresa Pullman llevaba 30 días trabajando ininterrumpidamente, pese a lo cual se aprontaba para iniciar una nueva jornada laboral, a pesar de que había arribado a la capital sólo cuatro horas antes desde Contulmo.

El chofer que lo acompañaba había trabajado 21 días seguidos y, como no había tripulación de recambio, el viaje fue suspendido. El monto de los boletos fue devuelto a los pasajeros.

Estas fiscalizaciones se enmarcan dentro del plan adoptado por las autoridades para evitar accidentes de tránsito en la ruta, por lo que se ha puesto énfasis en el respeto a los tiempos de descanso de los conductores y en la óptima puesta a punto de los vehículos para así evitar nuevas tragedias.