Le quedaban pocas fichas. Mario Puzo tenía 45 años, deudas por 20 mil dólares y una familia con cinco hijos. Había publicado dos libros que lograron buenas críticas, pero escasas ventas. El último de ellos, El peregrino afortunado, le tomó nueve años de trabajo. Escribía a tiempo completo para revistas populares y no podía seguir esperando. Decidió entonces hacer una última apuesta: iba a escribir un libro declaradamente comercial, basándose en un pequeño personaje de El peregrino afortunado, un gánster menor. Comenzaba así a delinear la gran novela sobre la mafia ítalo-americana: era el nacimiento de los Corleone.

Puzo llevó un borrador de 10 páginas a su editor en Atheneum, pero no lo entusiasmó.  Tras un par de rechazos más, el sello Putnam le pagó cinco mil dólares de adelanto. La compañía Paramount le dio otros 12.500 por los derechos al cine. Puzo terminó el libro y viajó con su familia a Europa para celebrar, con cargo a sus tarjetas de crédito.

"Cuando volví de Europa iba a tener que vender mi casa para pagar mis deudas o encontrar un artículo para escribir por mucho dinero", recordó. "Llamé a mi editor y supe que la puja por la edición en rústica había alcanzado 415 mil dólares".

Full de ases: Puzo había ganado la apuesta.

El padrino salió a la calle en 1969 y se mantuvo 67 semanas en la lista de los más vendidos de The New York Times. Francis Ford Coppola hizo el resto: la película inscribió a la mafia en la cultura pop, convirtió a Puzo en una estrella y se alzó como uno de los filmes más aplaudidos del cine.

A 10 años de la muerte de Mario Puzo, ocurrida el 2 de julio de 1999, y a 40 de la publicación de la novela, Ediciones B lanza un volumen aniversario de El padrino, que acaba de llegar a librerías chilenas. Es el primer rescate de la obra de Puzo:  en los próximos meses aparecerán sus tres novelas siguientes sobre la mafia, El último Don, Omertá y El siciliano. Con ellas, llegará también una novela inédita en español, Seis tumbas en Munich, publicada en 1967, cuando esperaba su póquer de reinas.

LA COCINA DEL INFIERNO
Hijo de una pareja de inmigrantes napolitanos analfabetos, Puzo nació en  1920 en uno de los barrios más bravos de Nueva York, Hell's Kitchen  (la Cocina del infierno). Cuando tenía 12 años y seis hermanos, su padre abandonó a la familia. Creció en la calle, ganándose la vida entre granujas y bandidos de medio pelo. Reclutado durante la II Guerra Mundial, sirvió en la Francia ocupada, donde conoció a su mujer.

De regreso en EEUU publicó La arena sucia (1955), una novela sobre la guerra que no tuvo eco. Comenzó a escribir relatos bélicos para revistas masculinas y a dar forma a El peregrino afortunado (1965), relato autobiográfico sobre la inmigración italiana. "Es mi mejor libro, y el más literario. Aunque fue muy bien recibido por los críticos, no gané dinero", dijo. Sin embargo, allí encontró la chispa para esa ópera de capos, sangre y pastas que es El padrino.
Aficionado a las apuestas, Puzo necesitaba dinero en efectivo. Con el seudónimo de Mario Cleri, en 1967 escribió Seis tumbas en Munich, un relato de espías en la II Guerra. Ya trabajaba en la historia de Vito Corleone, el capo más respetado de Nueva York, y el bestseller que tanto esperaba: a su muerte había vendido 21 millones de copias y, según la revista Forbes, le reportó 135 millones de dólares.

El padrino
Mario Puzo
Ediciones B
2009, 484 páginas
$ 12.000