"Una casa nueva, acabada de fabricar dos años antes de la Revolución, de ochenta y ocho varas de largo, a toda costa, que también quemaron los enemigos por la misma causa de la bodega", apuntó Bernardo O'Higgins, en 1824, desde la ciudad peruana de Trujillo.

Así describía, de puño y letra, la casa patronal Las Canteras de Quilleco, en la Región del Biobío, que heredó de su padre Ambrosio. En ese lugar vivió entre 1804 y 1813, en años que dan cuenta de un O'Higgins como agricultor, dedicado a instalar viñedos, obras de regadío e innovando en la mantención del trigo.

Hoy, 189 años después que el prócer escribiera el inventario de la hacienda, el documento se ha convertido en una pieza clave para la reconstrucción del recinto. Eso, pues no existen imágenes ni tampoco, según concluyeron las excavaciones realizadas en el lugar, vestigios de cimientos que permitan evocar el diseño original.

"O'Higgins recibió la hacienda de su padre, se abocó a la explotación agrícola, pero además fue alcalde de Los Angeles, diputado y también levantó las primeras milicias para la lucha por la independencia", dijo Pedro Aguirre, presidente del Instituto O'Higginiano.

La iniciativa une a los municipios de Quilleco y Los Angeles, la Corporación Cultural Las Canteras de O'Higgins, el Instituto O'Higginiano y la Corporación de Conservación y Difusión del Patrimonio Histórico y Militar. La primera etapa consistió en la elaboración de planos de ingeniería y arquitectura, con un costo de $ 29 millones aportados por el municipio de Los Angeles.

Según el cronograma, el próximo mes se espera ingresar el proyecto a la Dirección de Obras del municipio de Quilleco, dando paso al proceso de cambio de uso de suelo de rural a urbano, requisito para levantar la obra.

Los trabajos consideran una estructura de 700 m2, con una capilla y un museo.

Jaime Quilodrán, presidente del Centro Cultural Las Canteras de O'Higgins, explicó que el siguiente paso es buscar los recursos para reconstruir la casa patronal, inversión que bordeará los $ 900 millones.

"No es sólo construir una casa patronal. Para que sea sustentable, tiene que ser un museo, que en su interior tenga uniformes militares, artefactos de la época, y en el exterior la vida campesina de O'Higgins, que es lo que queremos resaltar", dijo Quilodrán.

Junto a los escritos del Padre de la Patria, que describían también unas galerías desde las cuales se preciaba la puesta del sol, el jefe de proyectos de la Corporación de Conservación y Difusión del Patrimonio Histórico y Militar, general Waldo Zauritz, explicó que la iniciativa "recoge el testimonio de antiguos habitantes del sector, que revelaron la tipología de la construcción que se usaba en la época y que habla de una casa de madera, construida con anchos tablones verticales, que en su unión llevaban una tabla más delgada". Las obras, señaló, comenzarían en 2015.

Son 26 mil hectáreas que conforman la hacienda, que al estallar la guerra por la independencia fue asaltada y quemada por las tropas realistas. Más tarde, O'Higgins vendió las tierras al general Manuel Bulnes. Luego, pasaron a manos de diversos particulares, hasta que en 1925 fue adquirida por la Caja del Seguro Obrero Obligatorio.

En la actualidad, la hacienda está en poder de empresas forestales. Sin embargo, en 1982 el Instituto O'Higginiano logró comprar una hectárea que cobra valor histórico, ya que estudios arqueológicos determinaron que en ese lugar se asentaban la casa patronal, la capilla y la bodega. En este sector también se encuentra un castaño, testigo de la génesis del proceso independentista.

"Este lugar es la cuna de la independencia de Chile, porque aquí vino Juan Martínez de Rozas, que también abrazaba la idea independentista, a juntarse con O'Higgins bajo la sombra de ese castaño, que debería ser Patrimonio Nacional", dijo Quilodrán.