Un alza de un 31% en los internos que, tras haber estado en prisión preventiva, fueron absueltos de los cargos que se le imputaban, se han registrado entre el 1 de enero y el 30 de noviembre de 2011, e igual período de este año. Así lo revela un catastro realizado por la Defensoría Nacional, entre personas que estuvieron más de 15 días privados de libertad.

Según este registro, en los primeros 11 meses de 2011 hubo 15.461 personas que fueron privadas de su libertad, tras ser formalizada la investigación en su contra por algún delito. En este mismo lapso se produjeron 518 absoluciones.

En tanto, entre enero y noviembre de este año se dejó en prisión preventiva a 17.787 personas. En este período también se absolvió a 677 imputados.

Si se compara el alza de absoluciones entre el año pasado y el presente se obtiene un 31% de incremento.

Por otro lado, si se analiza el incremento de las prisiones preventivas, la comparación arroja un alza de un 15%: 2.326 personas.

Al revisar la situación en 2010, es posible observar que hubo 17.379 imputados dejados en prisión preventiva (cifra superior a la del año siguiente y ligeramente inferior a la de 2012).

En este mismo período los absueltos contabilizados fueron 520.

Dentro de esta categoría se encuentran los seis anarquistas absueltos en junio pasado tras el juicio oral por colocación de artefactos explosivos y financiamiento de actividades terroristas, denominado caso Bombas.

Posturas

Para el defensor nacional, Georgy Schubert, el aumento de las prisiones preventivas da cuenta de que los criterios de los jueces se han vuelto más estrictos.

"Tenemos un sistema judicial que ha ido endureciendo su postura en relación a los imputados. Uno ve una tendencia y año a año continúa subiendo la cantidad de personas en prisión preventiva", señala.

Agrega que, "si bien la prisión preventiva es necesaria en un sistema de justicia, esta no es igual a más seguridad y menos delitos. Lo que sí está claro es que, si se aplica en muchas ocasiones, hay más riesgo de que gente inocente sea sometida a la cárcel sin que exista justificación".

La socióloga y experta en seguridad pública, Lucía Dammert, sostiene que lo más significativo de estas cifras es que "hay una tendencia a utilizar la prisión preventiva de forma más seguida, porque hay delitos donde (los jueces) prefieren dejar a los imputados presos ante un peligro de escape o reincidencia".

Añade que, para realizar un análisis más completo, se debe determinar si este aumento se da en los delitos más leves o bien en ilícitos de mayor connotación social.

"Que se incrementen (estas prisiones) en delitos como el robo con violencia, no es malo. El problema es cuando comienzan a aumentar en casos de hurto y robos que no tienen un nivel de gravedad".

Explica que, en los ilícitos menos graves, no es recomendable la prisión preventiva, puesto que "esos 15 días en la cárcel es un tiempo de contagio criminógeno".