Estuvo un año grabando Lola y quedó agotada. Pero tras seis meses de descanso, Ingrid Cruz está de vuelta y en tres semanas más reaparecerá en Cuenta conmigo, la teleserie de Canal 13 que protagonizan Bastián Bodenhöfer y Carolina Arregui, para interpretar a Lydia Peña, una nana que viene a cambiar el tono dramático de la historia central de la producción vespertina.

"Mi personaje es súper entretenido y estoy contenta de hacerlo. Es una chica desordenada, que ha tenido un poco de conflictos en la vida,  intrínsecamente es buena, pero bandida y callejera", resume la actriz, una de las pocas con contrato a largo plazo con UC-TV y que comenzó a grabar la semana pasada.

Y agrega: "Es un personaje en clave de comedia, una chica que ha estado presa y que llega a la casa de los Sarmiento (Bodenhöfer e Izquierdo) como nana".

Cruz dice que su nuevo papel se aleja de Grace, el rol que personificó en Lola: "Estoy fascinada con el papel, pero ha sido un poco difícil, porque es distinto a la tónica que tiene la teleserie, que es un tema muy realista, con historias concretas que pasan en la vida real y no el de un hombre que se transforma en mujer".

Sobre su incoporación tardía a la producción (que se suma a la de Luis Gnecco, Alessandra Guerzoni y María José Illanes), la actriz señala que "recién me vengo incorporando y es un agrado trabajar con gente que conozco y con otros a quienes recién viendo, como Bastián (Bodenhöfer) o Gloria (Munchmayer)".

Al igual que otras compañeras de trabajo, Cruz ha tenido que compatibilizar los tiempos de grabación con los cuidados de su única hija, Emilia. "Ahora las cosas son diferentes, porque mi hija ya está más grande. Me dolió mucho más dejarla en la casa mientras hacía Lola (tenía un mes de tener a su hija y no tuvo postnatal), en cambio ahora existe el jardín infantil". Además, los tiempos han sido diferentes, "porque de partida no grabo todos los días", explica.

Cuenta conmigo está promediando 16 puntos de rating a  las 20 horas y en la estación católica barajan dos escenarios: extenderla hasta fin de año -tal como Lola- o lograr que duren los capítulos hasta agosto y septiembre, para que luego se emita en ese horario la versión local de Rebelde way, destinada al público juvenil.