Una intensa madrugada fue la que vivió el Papa Francisco en su último día en Santiago, previo a su viaje a Iquique. Una mañana que culminó con el saludo a los periodistas, pero que se inició mucho antes.

Francisco trajo a Santiago una de sus costumbres más representativas: Despertar y levantarse a las 04:00 de la madrugada para rezar. Ello lo hizo durante todos los días en que alojó en la capital chilena.

Pero el movimiento no se detuvo. A las 05:45 ya se registraba actividad en la calle Sótero Sanz. El motivo: a las 07:45 estaba programada una pequeña ceremonia de despedida del Pontífice. En específico, se trataba de un "baciamano", actividad en que los invitados le besan la mano como saludo al jefe de la Iglesia Católica.

Esta ceremonia se realizó en la Casa de las Obras Misionales Pontificias, que está al lado de la Nunciatura. En total, hubo 40 invitados. Entre ellos, el nuncio Ivo Scapolo, el ex embajador en Italia Mariano Fuentecilla, Gladys Ramirez -la Popa- de la Fundación Amigos de Jesús, y el director de la PDI, Héctor Espinoza.

Además, también concurrió a esta ceremonia el orfeón de Carabineros, el que interpretó el Ave María de Schubert para homenajear a Francisco.

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