La ruta de la coca, según Saviano

A siete años de Gomorra, Roberto Saviano lanza CeroCeroCero, una investigación sobre las redes del tráfico de cocaína en el planeta. A Chile llega en marzo.




Hace siete años se convirtió en una estrella. También en un fugitivo. Mientras su libro Gomorra se convertía en un fenómeno internacional, el periodista italiano Roberto Saviano tenía que escapar: la mafia napolitana, que con tanta vehemencia había expuesto, pedía su cabeza. Acompañado de guardaespaldas las 24 horas, dejó su casa y pasó a una vida sin domicilio fijo, lejos de Italia, lejos de los sicarios del clan de los Casalesi. Vivió tan oculto como la fama se lo permitió: entrevistas, películas, millones de copias vendidas. Consiguió algo de calma durante algunos meses en Estados Unidos bajo el nombre de David Dannon. Nunca dejó de investigar: mientras su vida se transformaba en otra, Saviano le siguió la pista a la cocaína.

Publicado el año pasado con bombos y platillos en Italia, esta semana se lanza en español el esperado regreso de Saviano: CeroCeroCero, un informe sobre los mecanismos del narcotráfico en el mundo y los efectos de la coca en la vida cotidiana. Si antes se limitó a la mafia de Nápoles, ahora va por el mundo: del retrato de los narcos más poderosos de Latinoamérica, sigue la huella del lavado de dinero en bancos estadounidenses y europeos, narra las disímiles formas de transporte de la droga, entrega el testimonio de consumidores y de sus coletazos de violencia.

"Si el combustible de los motores es el petróleo, el de los cuerpos es la coca. Eleva la vida al cubo, pero la vitalidad que te regala la pagas con intereses de usura", anota Saviano en un libro que editorial Anagrama publica en la misma colección que las novelas. Es el aliento literario que guía al periodista: "Cuanto más desciendo en los círculos blanqueados de la coca, más me percato de que la gente no sabe. Hay un río que corre bajo las grandes ciudades, un río que nace en Sudamérica, pasa por África y se ramifica hacia todas partes. Hombres y mujeres pasean por la Via del Corso y por los bulevares parisinos, se reúnen en Times Square y caminan con la cabeza gacha por las avenidas londinenses. ¿No oyen nada? ¿Cómo lo hacen para soportar todo ese ruido?".

Titulado CeroCeroCero en alusión al narcotraficante colombiano Salvatore Mancuso, apodado Triple Cero, el libro tuvo su chispazo inicial en los años de Gamorra. Fue en las pesquisas de la Camorra napolitana donde Saviano se encontró por primera vez con la ruta de la cocaína. Empezó con la investigación en EE.UU. y llegó a escribir casi 800 páginas con una idea en la cabeza: ver el mundo a través de la coca. Hoy más corto, casi 500 páginas, el volumen arranca con un monólogo en que intenta atrapar el acelerado efecto de la droga. Luego, Saviano pasa a registrar el origen del ruido.

Según su relato todo partió en los 80, en Latinoamérica. En el pacto entre los narcos colombianos liderados por Pablo Escobar, y el mexicano Miguel Ángel Félix Gallardo, se consolidó el sistema de tráfico que hoy domina el mundo: "Ese poder hay que observarlo, mirarlo directamente al rostro, a los ojos, para comprenderlo. Ha construido el mundo moderno, ha generado un nuevo cosmos. El Big Bang surgió de aquí", escribe Saviano.

Del retrato de las extravagantes vidas de los jefes, CeroCeroCero pasa a mostrar una galería de peones de la coca por el mundo: modelos colombianas que animan las fiestas de los narcos, guardaespaldas de la mafia rusa, asesinos a sueldo, criminales de cuello y corbata dedicados al lavado de dinero, etc. "Retratos íntimos estupendos", en palabras del escritor mexicano Jorge Volpi que describe como "fascinantes crónicas" los relatos del transporte de la droga.

Como lo hizo con la mafia en Gomorra, Saviano también explora los efectos financieros del tráfico: relata los procesos judiciales de los últimos años contra bancos como Citibank, Hsbc y Wachovia, por tratar con organizaciones ligadas a la coca, describe qué significa que a EE.UU. ingresen anualmente más de cinco mil millones de dólares provenientes del narcotráfico y que año a año se limpien entre 500 y 1.000 millones de dólares en Europa, especialmente en España, Inglaterra y Alemania. Incluso trata el omnipresente tema de la crisis europea y plantea que más de un banco ha echado mano del dinero sucio para evitar la quiebra.

"Muy a menudo se cree saber qué es la mafia, qué es y cómo funciona el tráfico de droga, pero no es sencillo darse cuenta de que la banca a la que confiamos nuestros ahorros, los vestidos que nos ponemos, la casa en la que vivimos y la liquidez de la que vemos disponen muchas personas, tienen detrás el petróleo blanco, provienen del narcotráfico. Yo quisiera lograr comunicar a mis lectores los mecanismos", decía Saviano la semana pasada a la revista española Qué Leer.

En esa entrevista, hablaba al teléfono desde un lugar desconocido. Pareciera ya parte de su personaje público, pero Saviano aún se mueve con guardaespaldas y, cuando pisa Nápoles, viaja en autos blindados. Cada vez que puede, dice que Gomorra le quitó la vida y que CeroCeroCero no se la devolverá. "He mirado al abismo y me he convertido en un monstruo", anota dramático en el libro. En la entrevista, Saviano iba más lejos: "Los años de trabajo de CeroCeroCero han sido años de investigación, de historias leídas, oídas, de historias contadas, de historias que no olvidaré nunca, que me han cambiado para siempre. Que me han cambiado a peor. Ya no te ríes, ya no te diviertes. Todo es mugriento. Nada se salva".

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