Cuando se les pregunta por Alejandra Pérez a varias personas que se la han topado en el camino laboral, desde amigos o enemigos, cercanos o lejanos, salen dos características claves a la luz. La nueva mujer fuerte de Canal 13, recién nombrada directora ejecutiva (Cristián Bofill, tras dos años en el cargo, volvió a la dirección de prensa), lleva décadas moviéndose en el mundo del poder y con redes de influencia: asesorías en Codelco, mano derecha de René Cortázar desde el Ministerio de Transporte, "regalona" de Bruno Philippi en Telefónica, por ejemplo. "Me gusta trabajar en equipo y en proyectos que me importen, en lugares donde hay que ver más de una mirada o de un mundo. Trabajar donde hay talentos", dice Pérez a La Tercera, al ser consultada por su carrera.

Si se tuviera que definir dónde está su fuerte, el primero, según varios consultados, es convertirse en un elemento vital para sus jefes; dicen que "les soluciona la vida", y les entrega las habilidades blandas en discurso y manejo de recursos humanos que muchas veces los ejecutivos no tienen. Al mismo tiempo, dice otro cercano, es capaz de decirle algo que nadie más se atrevería a los poderosos, justamente en su estilo diferente.

La otra gran habilidad que describen quienes la conocen - "su superpoder", dicen incluso- es que gracias a su personalidad alegre y su estilo festivo, quienes no han trabajado con ella no sospechan su enorme capacidad de manejo de redes, de personalidades y de moverse en el mundo laboral, además de una gran ambición. Desde la universidad que algunos, a esta rubia de clase alta, la apodan "Candy", por el dibujo animado. Bueno, "Candy" tras años de moverse en las altas esferas, hoy es la jefa.

Pareciera que no hay punto medio con ella: o se le ama o se le odia. Entre sus amigas cercanas hay una lista de otras mujeres fuertes chilenas: el grupo incluye a las cinco hermanas Serrano -Sol, Marcela, Elena, Margarita, Paula-, Mercedes Ducci, María Elena Wood, Mariana Aylwin y Lucía Santa Cruz. El grupo incluso una vez se fue de viaje Lima, y otra vez a Buenos Aires, todas juntas.

Quienes han trabajado con ella destacan su capacidad para manejar personalidades difíciles o diferentes, y su asertividad además de su simpatía. Que viene y se mueve en la elite, pero que está abierta a diferencias y dosis de locura en ambientes laborales.

Pero otros no dudan en decir que es una maquinadora mucho más hábil de lo que parece, y que por lo mismo, ha sacrificado a cercanos en pos de sus jefes o ambiciones. Y que aunque a todos los trata en su estilo lleno de simpatía, eso no siempre se condice con sus acciones.

Asesora top

Periodista de la Universidad Católica, Alejandra Pérez ganó una beca antes de titularse para estudiar en España. A su regreso, comenzó su carrera formal en Mundo Diners. Tras unos años se pasó al mundo de las asesorías y comunicación corporativa, donde comienzan los movimientos que marcarían posteriormente su carrera: trabajó con José Pablo Arellano, cuando este era ministro de Educación, y después también en Codelco; en esa instancia debió encarar las presiones sindicales y las críticas por el aumento de costos dentro de la estatal.

Luego comenzó una relación de años con otro importante ejecutivo nacional: Bruno Philippi, ya que fue gerenta de asuntos públicos en Teléfonica, entre 2001 y 2006.

Allí fue la promotora de uno de los proyectos emblemáticos en periodismo de la época, la revista Fibra, donde se dice que Pérez fue defensora de hacerla un medio progresista y con estilo. Aunque tras años juntos, la historia de la publicación terminó con varios de los participantes del proyecto enemistados, entre ellos y con ella.

Philippi, además, ocupó la presidencia de la Sofofa entre 2005 y 2009, permitiendo que Pérez se hiciera conocida de otras dirigentes gremiales y representantes del mundo empresarial como el ya fallecido Andrés Concha, a quien la periodista le revisaba sus discursos cuando lideraba al gremio, cuentan cercanos.

Luego comenzó la etapa de asesora de René Cortázar, lo que se convertiría en una extensa relación laboral, que explica en parte su llegada a la jefatura de la señal; lo acompañó en el ministerio de Transporte -en medio de la crisis del Transantiago-, y tras la llegada del ejecutivo como presidente del directorio de la señal en 2010, Pérez se instaló a cargo de las comunicaciones, luego como subdirectora y ahora como directora ejecutiva.

También tuvo un paso breve por la universidad Diego Portales, donde fue jefa de extensión y comunicaciones bajo el mando de Carlos Peña, donde duró sólo un par de meses.

En Canal 13 hoy es la tercera mujer en ocupar el cargo de directora ejecutiva -de los 17 nombres que han ocupado el puesto-, detrás de Mercedes Ducci y Eliana Rozas.

¿Qué ha aprendido de empresarios con los que ha trabajado como Philippi o Cortázar?

Los dos saben de números, de ciencia, de política y de historia. La gente que tiene más de una pasión es siempre más interesante.

¿Qué es lo que ha aprendido en seis años dentro de la industria televisiva?

Al final las reglas son muy parecidas a cualquier otro medio. Lo que a la gente le importa es ver un poco de verdad y de emoción.

¿Cuáles son los mayores desafíos en este minuto para Canal 13?

Ser reconocible y reconocido como una oferta diferente y de calidad que le hable al Chile de hoy, sin darle la espalda al Chile de siempre.

¿Cómo evalúa a la TV chilena?

Hay tantas TV chilenas como canales de televisión. La idea es lograr una identidad que la gente reconozca como suya. Esto no es una apuesta en un casino sino una relación, como entre dos personas, con sus altos y sus bajos, pero que nace de un compromiso nuestro de entregar lo mejor.

La labor en Canal 13 se ve difícil: primero, debe estabilizar un canal donde han cambiado los ejecutivos varias veces, en los últimos cinco años; luego, debe inmediatamente subir el rating, sobre todo en el horario vespertino y prime. Y ya que Canal 13 contrató a la misma empresa asesora que en su momento reestructuró TVN en medio de la crisis, Pérez tendrá que lidiar con cambios en el organigrama, y muy posiblemente, múltiples despidos -siendo que ya ha rebajado la dotación de la señal en el último año-.

Igualmente, aunque quizás su expertise no es la industria televisiva, lleva varios años trabajando en ella, y, además, tiene experiencia de asesoría en tiempos de crisis. Cuando se le pregunta cuál considera su mayor fracaso, Pérez responde: "Los fracasos que te dejan enseñanzas, no son fracasos".