"¿Quién tiene una cámara digital?" Fue la pregunta que una profesora de un instituto profesional de la comuna de Santiago lanzó a su curso a minutos de finalizar la clase. "Yo tengo", fue la respuesta de uno de los alumnos.

Era Gabriel Orellana Bastías (25), que este año ingresó a estudiar fotografía y ya cursa el segundo semestre de una carrera que dura cuatro años. Recuerda que al término se quedó hablando con la docente. Esta le manifestó que un hombre que dijo llamarse "Juan Garrido" había llamado por teléfono al plantel ofreciendo un trabajo temporal: tomar 100 fotografías por $ 50 mil a las dependencias de una sede universitaria, las que luego, supuestamente, serían entregada a la Dirección de Obras de un municipio. El aceptó.

Fue a su casa a buscar su cámara Nikon D40, que compró con los ahorros de su trabajo como ayudante en un supermercado, y su notebook marca Dell. Eran las 11.00 del 23 de julio.

Volvió con su equipo y le entregaron un papel con el nombre, número de teléfono del supuesto "cliente" y la dirección donde debía presentarse. Con el dato en la mano llegó hasta el lugar acordado. Sin embargo, no encontró al interesado. Este se había desplazado hasta la sede de su instituto para ir a buscarlo.

Treinta minutos después, Orellana Bastías y "Juan Garrido" se encontraron. "Allí me explica lo que tenía que hacer, me muestra el primer, segundo y tercer piso de la universidad. Había que tomar fotos a los ascensores, paredes y fachadas, porque iba a un Departamento de Obras municipales".

El trato estaba listo. Faltaba comenzar a fotografiar. Sin embargo, una invitación a almorzar alteró la ruta de lo que parecía un buen trabajo.

"Me preguntó si había comido; yo le dije que no. Me invitó, pero me negué para hacer rápido el trabajo. Me insistió hasta que le acepté el almuerzo. Antes de ir a comer, me dijo que dejara en una sala con llave el bolso. Dejamos las cosas guardadas y fuimos a almorzar", recuerda.

Casi terminando la comida, el individuo le dijo que iría a sacar dinero a un cajero automático para cancelar el consumo. Que lo esperara unos minutos. "Nunca llegó", dice el afectado. De inmediato pensó en su cámara y su notebook.

Corrió hasta la oficina donde los había dejado. Sin embargo, los equipos ya no estaban. Le dijeron que un señor los había retirado asegurando que eran de su propiedad. 

Hoy, Gabriel Orellana afirma que debe conseguirse cámara y computador para realizar sus trabajos, a meses de que acabe el año académico, tiempo en que comienzan a multiplicarse los exámenes.  

Por ello, pide que el instituto le reintegre los equipos -que avalúa en cerca de $ 600 mil-, "porque me mandaron a hacer el trabajo, se supone, a una parte segura" y, sin embargo, "no verificaron bien quién llama al instituto para ofrecer trabajos a la gente".

En la casa de estudios aludida descartan responsabilidades en el hecho. "Aquí se presentó un señor que dijo que era de una universidad y que requería un servicio fotográfico. La coordinadora de la carrera preguntó si alguien quería hacerlo, pero independiente de la escuela, y él se ofreció (...) Nosotros no mandamos, nunca enviamos a hacer cosas comerciales afuera. Cuando van, lo hacen con un profesor o una carta. Pero nosotros no mandamos a cosas comerciales", dijeron a La Tercera.

RECOMENDACIONES
Carabineros entregó una serie de recomendaciones para evitar este tipo de estafas. La principal es denunciar, pues los antisociales van cambiando su forma de operar conforme pasa el tiempo. Esto, debido a que algunas técnicas quedan obsoletas, cuando ya se vuelven muy conocidas.

"Hay que verificar bien quién está llamando, ver si efectivamente el llamado viene de una persona creíble o de alguna empresa creíble. Para ello, hay que llamar a la empresa, preguntar si existe esta persona que está supuestamente llamando para solicitar algún tipo de servicio o premio", manifestó el mayor Eduardo Ramos, de la 53° comisaría de Lo Barnechea.

Agrega: "Si al ver que esta empresa no existe o la persona es falsa, de inmediato denunciar a Carabineros para que nosotros tengamos conocimiento de este tipo de estafas, puesto que los delincuentes van cambiando su modus operandi".