Al investigar entre los fósiles de un museo en el 2007, Sterling Nesbitt notó que había un esqueleto parcial que era difícil de identificar. Si bien el reptil había sido nombrado como Teleocrater rhadinus y se creía que era pariente de los dinosaurios, no encajaba del todo.

Con sus dos metros de largo, este dinosaurio era más grande que sus parientes más cercanos, caminaba en cuatro patas y tenía un cuello inusualmente largo.

Debido a que al esqueleto le faltaban algunos pedazos de hueso clave, era difícil determinar si esta criatur entraba dentro de la categoría de los arcosaurios, grupo que incluye cocodrilos, pájaros y dinosaurios.

Ahora, una década después, Nesbitt logró encontrar las piezas perdidas que entregaron nueva evidencia para poder clasificar de manera correcta a este animal, y de paso, entregar nueva información sobre el pasado de los dinosaurios.

Hace 250 millones de años atrás, los arcosaurios se dividieron en dos ramas: unas criaturas similares a las aves (y dinosaurios), y los crocodilios (órden que incluye a cocodrilos y caimanes, entre otros). Hasta ahora, los expertos habían tenido problemas identificando a las especies más tempranas de la línea de "aves".

El T. rhadimnus, el cual vivió hace 245 millones de años, parece ser este "eslabón perdido".

Por medio de un fémur y de otras partes encontradas por Nesbitt, el experto identificó que las marcas de músculo unido al hueso eran como las que había visto en el museo, confirmando que había encontrado a la misma especie.

El cráneo tenía una hendidura que se pensaba era única en los dinosaurios, pero que con este nuevo fósil indicaría que esta característica evolucionó más temprano de lo pensado.

El hueso del tobillo por otra parte es muy similar al de un cocodrilo, por lo que el ancestro común entre las aves y crocodilios tuvo que tener este tipo de tobillo. Según Nesbitt, la línea de "ave" de los arcosaurios evolucionó más tarde para tener un tipo de tobillo distinto.

"Tenemos muy poca evidencia de la historia evolutiva de los dinosaurios y sus parientes cercanos, pero descubrimientos como el Teleocrater nos ayudan a cambiar esto", indicó el experto.