Lo que hasta ahora eran posibilidades, desde ayer ya parecen ser certezas. Durante una conferencia a bordo del avión papal en el vuelo de Filipinas a Roma, el Papa Francisco dijo que espera visitar al menos seis países de Sudamérica en dos viajes separados para los siguientes dos años. Uno de ellos sería Chile, en 2016.

"Hemos pensado para este año, pero todo aún está en proyecto, ir a Ecuador, Bolivia y Paraguay. Estos tres países. El próximo año, Dios mediante, me gustaría ir a Chile, Argentina y Uruguay. Ahí está faltando Perú, pero no se dónde lo podemos poner", dijo el Pontífice, según declaraciones citadas por la agencia de noticias católica ACI Prensa.

Ya el mes pasado, en una entrevista con el diario argentino La Nación, el Papa adelantó que para este año tenía previsto "viajar a tres países de América Latina que prefiero no decir aún, no a la Argentina". Y ayer el Presidente boliviano, Evo Morales, reveló el itinerario de Jorge Bergoglio para 2015. "No me he reunido (con el Papa), pero he recibido este mensaje: en julio va a estar. El llega primero a Paraguay, (luego a) Bolivia y Ecuador, pero no sé exactamente cuántos días va a estar en Bolivia", declaró Morales al diario paceño La Razón.

En febrero del año pasado, con motivo de su creación como cardenal, el arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, reveló a La Tercera en Roma que el Papa Francisco le había confirmado personalmente su visita a Chile. "El Papa dijo que en 2016, cuando visite Argentina y Uruguay, llegará hasta Chile", declaró en esa oportunidad.

De concretarse, sería la segunda visita de un Pontífice a Chile, luego del histórico viaje que trajo al país al Papa Juan Pablo II entre el 1 y el 6 de abril de 1987. Aquella visita se enmarcó dentro del 33° viaje apostólico de Karol Wojtyla, que también lo llevó a Argentina y Uruguay. En el caso de Chile, la presencia del jefe de la Iglesia Católica sirvió para distender en cierta medida las tensiones políticas de ese entonces, cuando aún Augusto Pinochet regía los destinos del país.

Según el portal de la Conferencia Episcopal de Chile, los obispos locales enviaron el 16 de julio de 1985 una carta al Papa Juan Pablo II donde le reiteraban su invitación al país: "Los obispos de Chile solicitamos por unanimidad vuestra visita pastoral a nuestra patria". La respuesta del Pontífice fue dada a conocer por la Nunciatura Apostólica el 21 de octubre de 1985, cuando se anunció su visita para el primer trimestre de 1987.

BOLIVIA ANTES QUE CHILE

La visita del Pontífice se produce justo en momentos en que Chile y Bolivia se enfrentan en La Haya por la demanda marítima planteada por La Paz en 2013. Al respecto, el canciller boliviano, David Choquehuanca, desató una polémica el mes pasado luego que afirmara ver "mucho nerviosismo en los chilenos" por el viaje del Papa a Bolivia.

"El 2015 va a estar el Papa (...) Puede que en los chilenos despierte preocupaciones... No sé por qué ellos están preocupados", señaló.

Las declaraciones de Choquehuanca tuvieron rápida respuesta en Chile. "Que venga (el Papa) a Bolivia parece una decisión que le compete al Vaticano y al Santo Padre. No tiene por qué inquietar a Chile", afirmó entonces el canciller Heraldo Muñoz. "Yo creo que no hay que sacar conclusiones de la agenda de viajes del Papa, me parecería hilar muy fino", agregó.

En medio de la ofensiva de La Paz, Muñoz reiteró el mes pasado que Chile envió una invitación verbal al Papa, transmitida por la Presidenta Michelle Bachelet a través del Nuncio Apostólico, para que visite el país. Paralelamente, Bachelet y su par argentina, Cristina Fernández, tenían planificado viajar en enero al Vaticano, invitadas por el Papa, para conmemorar los 30 años del Tratado de Paz y Amistad entre ambos países, visita que finalmente se canceló por motivos de salud de la mandataria transandina.