SEÑOR DIRECTOR

Me ha llamado la atención el ambiente enrarecido de estas últimas semanas de campaña. Creo que esta polarización es síntoma de una división más profunda que se está cuajando en la sociedad y que puede tener consecuencias nefastas. Me preocupa el fuerte tono, la poca tolerancia y la falta de diálogo que se ha ido instalando en ambas candidaturas, como si la elección se hubiese transformado en un plebiscito respecto al modelo de sociedad que queremos construir, sin aceptar matices, que siempre son necesarios.

Está bien que los candidatos quieran diferenciar sus propuestas, pero llegar al límite de considerar al otro un enemigo por el solo hecho de pensar distinto me parece peligroso, especialmente teniendo en cuenta que en el próximo gobierno, quien quiera que gane, no tendrá mayoría en el Congreso y deberá negociar con la eventual oposición para sacar adelante sus propuestas.

El diálogo democrático debe tener ciertos mínimos de respeto que se han ido perdiendo. Es necesario recuperarlos, pues cuando se rompe la convivencia cívica, es muy difícil volver atrás.

Pedro Pablo Rossi Guajardo