El Reino Unido y la Unión Europea (UE) cerraron hoy la cuarta ronda de negociaciones para la salida del país del club comunitario con una "nueva dinámica" después del discurso en Florencia de la primera ministra británica, Theresa May, en el que aseguró que Londres haría honor a sus compromisos.

Tanto el secretario de Estado británico para el Brexit, David Davis, como el negociador jefe de la UE, Michel Barnier, coincidieron en una rueda de prensa al término de la semana de trabajos que se ha producido un cambio de dinámica en un proceso que hasta ahora no había logrado hitos claros.

"Ha habido progresos considerables", declaró Davis, mientras Barnier secundó que el discurso que ofreció May sobre el Brexit el día 22 en Italia ha permitido "desbloquear la situación", aunque advirtió de que aún "estamos lejos aún de un acuerdo".

En esa declaración, May pidió por primera vez un periodo de transición de dos años para su país en el mercado interior europeo, cuando en marzo de 2019 se convierta en un Estado tercero, algo que quiere empezar a tratar cuanto antes, aunque la UE ha zanjado que para ello se tendrán que haber alcanzado "progresos suficientes" en los temas que configuran la primera etapa de las negociaciones.

Davis insistió, al igual que May, en que su país "honrará los compromisos" hechos durante su pertenencia a la Unión, aunque aún no pueden "especificar exactamente" cuáles son.

Barnier insistió en que "el contribuyente europeo no asuma las consecuencias de las decisiones tomadas por los ciudadanos británicos".

Reconoció que esta semana se abordaron "aspectos técnicos" y que las conversaciones fueron "útiles", y que a falta de que el Reino Unido precise los "compromisos" sí dejó claro que estarían limitados a 2019 y 2020, dos años más tarde de la fecha de salida.

También hubo avances en cuanto a los derechos de los ciudadanos con acuerdos en aspectos de la coordinación de la seguridad social, dijo Davis, quien defendió en algunos casos "ir más allá de los estrictos requisitos de la actual ley de la UE para proteger a los ciudadanos".

En concreto, ofreció garantías para el retorno de los europeos asentados en el Reino Unido, a cambio del derecho de movimiento de los británicos en la Unión.