SEÑOR DIRECTOR:

El Sistema de Admisión Escolar (SAE) es el que regula las posibilidades de ingreso tanto a los establecimientos públicos como a los particulares subvencionados. Fue instalado a partir de la “Ley de Inclusión”, y presentado como una estrategia para otorgar un acceso más “equitativo” a la educación. En la práctica, el SAE eliminó la posibilidad de tener criterios conocidos de admisión acorde con sus proyectos educativos, como la presentación de antecedentes de los postulantes o entrevistas con los padres. En reemplazo, el sistema asigna al postulante a colegios sobre la base de cupos disponibles, o de manera aleatoria en caso de no contar con vacantes en las preferencias de los padres.

La aleatoriedad no resulta del todo clara, particularmente cuando un 15% de ellos se asigna a casos “prioritarios”, sin trasparentar los criterios para ello y ni resguardar la preferencia a familias en sus barrios de residencia.

El fenómeno de las filas se origina porque muchas familias quedaron sin matrícula, teniendo que acudir presencialmente a los establecimientos. La respuesta desde el Mineduc ha sido endosar a éstos la responsabilidad de crear sistemas digitales para que las filas sean virtuales.

En la coyuntura, la urgencia dice relación con la generación de un registro online a fin de evitar exponer a las familias a condiciones indignas para poder conseguir un cupo, pero para avanzar hacia una solución real se requiere repensar el SAE de manera de garantizar a los padres su legítima posibilidad de elegir con libertad el proyecto educativo.

Rodrigo Fuentealba Jara

Decano Facultad de Educación

Universidad Autónoma