Todos andan en la búsqueda de una explicación de lo ocurrido en esta última semana. Se habla de abusos, de privilegios, rabia y desilusión; y de la sorpresa, por esta explosión tan repentina e inesperada. Bueno, la verdad, es que no era tan imprevisible.

Veamos el último informe (octubre 2019) del World Economic Forum/Universidad Adolfo Ibáñez. Chile figura como número uno en manejo macroeconómico. Lo cual ha enorgullecido a los sucesivos ministros de Hacienda. Es más, el ranking de Riesgo País (Moody's, Standard and Poors, etc.) ha ido mejorando en el tiempo, y estamos a la cabeza de países tan desarrollados como Estados Unidos o Francia. Compartimos ese ranking con Nueva Zelanda y Suiza. Y claro, con reservas (para superar alguna crisis) de US$ 15.000 millones y una deuda soberana realmente pequeña, nos lo hemos ganado.

Sin embargo, en calidad de las instituciones -tan cuestionadas ahora- estamos en un modesto lugar 32. España, llena de problemas de separatismo y dificultades políticas, está en el 28. Nueva Zelanda en el tercer lugar. Y vamos a infraestructura: apenas 32. España es séptima, y estamos muy lejos de cualquier liderazgo. Salud: 37. Costa Rica nos supera con 25, Australia 17 y España -a pesar de sus problemas- es número uno. En educación es vergonzoso, somos el 47. Nos gana Argentina (a pesar de los Kirchner, sus corralitos y su desbole), que luce un mucho mejor 31. Australia 13 y Nueva Zelanda el quinto lugar. En mercado laboral -debido a la tremenda inflexibilidad regulatoria- somos 53. Y si bien trabajamos 45 horas semanales, somos top en feriados, por lejos. En corrupción -esa que en Chile creíamos que no existía, hasta hace muy poco- somos 26. En conflictos de interés 27, y en criminalidad el 40.

Esto nos revela la verdad de la milanesa. Tendremos muchas reservas internacionales y poca deuda soberana. Pero de nada nos sirve, si al mismo tiempo somos incapaces de entregar los bienes sociales más preciados: salud, educación, rectitud, seguridad y empleo digno.

Este país, que tiene grandes reservas internacionales, un sistema financiero y baja inflación, no ha sido capaz de modernizarse en infraestructura, salud, educación y seguridad. Estamos en el distinguido club de la OCDE, y punteamos en riesgo financiero soberano. Pero damos mal servicio en salud, educación, combate al crimen e infraestructura (los tacos nuestros de cada día). Y lo ocurrido ¿parece tan sorpresivo?

Seamos prácticos: es posible dejar de ser número uno en lo macro. Uno o dos "notch" más abajo con Moody's no nos moverán la aguja. Invirtamos esas cuantiosas reservas que tenemos ganando el 1% al año. Endeudemos al Estado un poco más, aprovechando estas tasas de interés inéditas, y mejoremos la salud, la educación, la infraestructura y el combate al crimen. Y no mañana. Aquí hay que pensar "out of the box", como dicen los gringos, y ser creativos con esos US$ 15.000 millones acumulados "para emergencias". Porque, si esto no es una emergencia, no sé qué podría ser.