Paula 1111.Sábado 22 de diciembre 2012.

Desde que las mujeres comenzaron a demandar el derecho a voto, a principios del siglo pasado, la montaña de la igualdad de género fue subiéndose lentamente. Y, aunque la cumbre sigue lejana, cualquier retroceso enciende alarmas. Es lo que ha ocurrido en este fin de año, luego que distintos indicadores alertaran que Chile es hoy un país más desigual en este aspecto. El índice que elabora el Foro Económico Mundial sobre igualdad de género reveló que en 2012 Chile se desplomó del lugar 46 al 87. Esto implica que, a la hora que más mujeres accedan a buenos empleos, tengan salarios similares a los de los hombres y ocupen posiciones de poder, en América Latina solo superamos a países mucho más pobres, como República Dominicana, El Salvador o Guatemala. Recientes cifras del INE mostraron que la brecha salarial –que mide los ingresos promedio de las mujeres respecto de lo que ganan los hombres– siguió creciendo en el último año, ya que las mujeres en 2011 ganaron un 34,5 menos que los hombres, diferencia que en 2010 era de 32,8%. Y, aunque cada vez hay más mujeres trabajando, las oportunidades no son equivalentes para todas: la última encuesta Casen mostró que la participación laboral de las mujeres más ricas es 80% mayor a la de las más pobres, que son quienes más necesitan un empleo.

Sobre razones y decisiones tras estas cifras responde la ministra del Sernam Carolina Schmidt, una de las figuras mejor evaluadas del gobierno.

Este año Chile bajó 41 puestos en el índice de igualdad de género que elabora el Foro Económico Mundial. ¿Cómo se explica este retroceso?

Ese informe mide la evolución relativa del país en cuatro temas. En salud, Chile ocupa primer lugar y en educación estamos en el primer tercio. Pero en participación económica y laboral ocupamos el lugar 104 entre 134 países medidos. Y tampoco estamos bien en participación política, que es la única área donde retrocedimos. Pero en todas las variables que mide el informe hay mejoras importantes. En la brecha de ingresos la diferencia se muestra un avance de 7 puntos en promedio.

Más de una vez ha tenido que salir al paso de autoridades de su propia sector político que han hecho declaraciones machistas. "Hays estereotipos que, muchas veces, reflejan el inconsciente de las personas, pero como es mi obligación como ministras señalar que esa no es la visión que un gobierno de centro derecha tiene de las mujeres".

Ministra, ¿qué responsabilidad asume usted, como secretaria de Estado a cargo de las políticas de la mujer en el gobierno de Sebastián Piñera, en este retroceso?

Me preocupa la baja participación política, causa directa de la baja de Chile en el ránking Global Gender Gap Report. Pero también me duele que tantos avances experimentados por la mujer durante este gobierno, como el fuerte incremento de la participación laboral, la extensión del postnatal, la ley que sanciona el acoso laboral, la reducción de los femicidios y de la violenaica hacia la mujer y la fuerte irrupción de las mujeres en sectores no tradicionales, se vean invisibilizados en este ránking.

Pero ministra, ¿cómo hablar de mejoras si en participación laboral estamos en los últimos lugares?

Es que antes estábamos más atrás. A ver, el área de participación económica y laboral es la peor que tenemos como país. Aunque la participación de las mujeres en el trabajo pasó en los últimos años de 38% a casi 50%, todavía tenemos un retraso gigantesco. Y en brecha salarial entre hombres y mujeres tenemos una de las peores ubicaciones. Las razones son múltiples: las mujeres se desempeñan en tareas con menores salarios, básicamente educación y servicios, mientras los hombres se desarrollan en áreas mejor remuneradas como industria y minería. Además, en el empleo asalariado las mujeres ganan entre 17% a 20% menos que lo que ganan los hombres, pero ahí también se da que en el mismo cargo a la mujer se le paga menos, lo que es una injusticia gigantesca. Y en el autoempleo la brecha es más del doble que en trabajos asalariados. Estas diferencias salariales se van a tender a mantener en los próximos años porque las mujeres que comienzan a trabajar mayoritariamente pertenecen a los deciles de menores ingresos, que acceden a empleos con salarios más bajos. Eso va a impactar el sueldo promedio de las mujeres en general.

¿Está resignada entonces a no ver mejoras en la brecha salarial?

No. El gobierno ha impulsado una fuerte entrada de mujeres vulnerables al trabajo a través de políticas como postnatal, bono a mujer trabajadora –que complementa el sueldo de las mujeres de menores ingresos–, salas cuna, programa Mujer Trabaja Tranquila de 4 a 7 (que ofrece cuidado y talleres a los niños en ese horario) e incentivos para que ingresen a áreas mejor remuneradas, como la minería. Pero lo más importante es modificar la ley que carga el costo de la sala cuna a empresas que contratan desde 20 mujeres. Esta es la política más dañina para el sueldo de las mujeres, porque está comprobado que las que trabajan en empresas donde existe esta obligación tienen un "descuento" en sus sueldos equivalente al costo de las salas cuna.

¿En qué va el proyecto que modifica este sistema?

Vamos a enviarlo pronto al Congreso. La idea es cambiar el sistema actual y dar derecho a sala cuna a todos los hijos de madres trabajadoras. Para eso se crea un fondo que se constituirá con los recursos hoy subutilizados del fondo de cesantía y 0,5% de la cotización que ya hacen las empresas. Y la idea es que todas las empresas contribuyan, independientemente de si sus trabajadores son hombres o mujeres.

La participación laboral femenina ha aumentado en las mayores de 40 años, pero ha caído entre aquellas entre 18 y 29, ¿usted cree que el postnatal de 6 meses, aunque sea beneficioso en muchos aspectos, está jugando en contra en esta materia?

El estudio de ComunidadMujer al cual usted hace referencia también reconoce que la participación laboral aumenta en todos los segmentos. Señala que el incremento durante 2011 sería menor entre los 18 y 29 años. Los datos de este estudio difícilmente se podrían atribuir al postnatal, ya que este estudio mide todo 2011, y la ley de postnatal entró en vigencia recién a fines de octubre de ese año. Después de la aprobación del postnatal la participación laboral ha aumentado en todos los segmentos etarios, incluido el que indica, como lo demuestran las cifras del INE y el CASEN. De los 88 mil puestos de trabajo creados desde que se aprobó el postnatal, 89% fueron para mujeres. Además, hay beneficios claros: 250 mil mujeres en trabajos temporales, que estaban desprotegidas totalmente cuando quedaban embarazadas, ahora tienen un subsidio de maternidad de al menos $ 50 mil por 7 meses si cumplen los requisitos de cotizaciones. Y el uso de la licencia por enfermedad grave del hijo se redujo en 70%.

"El área de participación económica y laboral de las mujeres es en la que peor estamos como país. Aunque en los últimos años la participación en el trabajo pasó de un 38% a un 50%, todavía tenemos un retraso gigantesco. Y en la brecha salarial entre hombres y mujeres, tenemos una de las peores ubicaciones".

Se aprobó hace poco una ley de igualdad salarial, pero la sensación

es que es letra muerta.

Pensamos que las leyes solucionan todos los problemas y eso no es así. Esa ley sienta el precedente relevante que pagar diferente a un hombre o a una mujer por hacer la misma función es ilegal y es algo que no podemos tolerar como sociedad. En la mayoría de las empresas esto nunca había sido un tema. Pero hay un aspecto que la ley no va a solucionar, y es que las mayores diferencias salariales se producen en los cargos gerenciales, por lo cual los casos que llegan a tribunales son muy pocos.

El esquivo poder

Si ni el 50% de las chilenas está en el mundo laboral, en la política son aún menos. En las recientes elecciones municipales se presentaron menos candidatas que en los comicios de 2008. Si el promedio de mujeres en los Congresos de América Latina es de 23%, en Chile las 22 senadoras y diputadas son apenas el 13% del total. Según un informe de ComunidadMujer, el cambio de gobierno significó menos mujeres en altos cargos (6 ministras y 11 subsecretarias), pero tras los ajustes de gabinete disminuyó más, quedando solo 4 ministras y 9 subsecretarias. Esto, dice el texto, justifica parte de la baja en el Índice de Igualdad en este ítem, donde pasamos del lugar 4 en 2011 al 54 este año. Pero, además, hay otros países de la región que mejoraron su posición relativa con más mujeres en posiciones de poder gracias a medidas, como leyes de cuotas y arreglos electorales.

¿Qué medidas impulsará el Sernam durante este año para revertir esta caída?

Retrocedimos en participación política, donde no estamos tan mal, pero antes estábamos como pioneros porque fuimos uno de los pocos países donde hubo una Presidenta mujer y una composición de gabinete diferente. La cifra de un 13,7% de participación política en el parlamento nos inquieta como gobierno. Hemos impulsado medidas que van en la dirección correcta, como la ley de primarias y la inscripción automática y voto voluntario, que democratizan el sistema y rompen las barreras que solían dificultar el acceso de las mujeres a cargos de elección popular. En las regiones estamos impulsando el programa "600 líderes políticas para Chile". De 600 mujeres capacitadas en él este año, 178 fueron candidatas y más de un cuarto de ellas fueron electas.

¿Le parece relevante que el gobierno nombre a más mujeres en cargos de poder?

Durante el gobierno de la Presidenta Bachelet no funcionó en nuestro país un gabinete paritario, que era un símbolo importante. Los símbolos ayudan a romper estereotipos, pero los cambios tienen que ser más profundos para ser sostenibles en el tiempo. Ya pasó el minuto de los símbolos, ya demostramos que podemos desempeñarnos en cualquier área e incluso lo podemos hacer mejor que nuestros colegas hombres. Ahora hay que tomar medidas concretas que permitan real acceso y mantención de mujeres en todas las áreas de actividad.

Usted se ha pronunciado en contra de una ley de cuotas. ¿Es una postura personal o del Sernam?

En lo personal no tengo ningún problema con la ley de cuotas, pero lo que vimos es que en un sistema binominal no cumpliría su objetivo porque en este sistema gana el candidato fuerte de cada coalición, y el que va de acompañante tiene muy pocas posibilidades de salir. Con una ley de cuotas, para que los partidos cumplan bastaría con que pusieran mujeres como candidato débil. Y eso no llevará más mujeres al parlamento.

"En lo personal, no tengo problema con la Ley de cuotas, pero lo que vimos es que en un sistema binominal no sirve, porque en él gana el candidato fuerte de casa coalición. Con Ley de cuotas los partidos cumplirán poniendo mujeres como candidata débil y eso no lleva a la mujeres al Parlamento".

¿Qué se hace entonces? ¿Las mujeres tendrán que seguir peleando sus espacios?

Se ha comprobado que el acceso a cargos de decisión en el plano laboral y político no mejora automáticamente con el nivel de ingresos de los países, sino que hay que tomar medidas concretas. Por eso discutimos ley de cuotas y vimos que una medida así en un sistema binominal no produce más mujeres elegidas.

Por lo tanto, lo que se decidió es abrir la política con una ley de primarias y el voto voluntario. Y los resultados los vemos, por ejemplo, en el caso de la Municipalidad de Providencia, donde una mujer sin mayor experiencia política, a quien en ningún partido le hubieran entregado una candidatura, les ganó a dos hombres con mayor trayectoria en una primaria, motivó a la gente a ir a votar por ella y ganó. En un sistema sin primaria y con voto obligatorio eso no habría pasado nunca. Ese es un cambio que abre espacios a cargos de representación a mujeres. Y es un cambio sustentable en el tiempo y no solo simbólico.

Twitter y estereotipos

Muy activa en twitter, donde tiene casi 60 mil seguidores, la ministra ha usado esa vía para poner en las redes sociales los temas del Sernam. Ha condenado cada nuevo femicidio y destacado que estos crímenes bajaron de unos 60 en 2008-2009 a 34 en 2012. Ha difundido la campaña No a la Violencia en el Pololeo. Ha llamado a las mujeres a hacerse el examen que detecta el cáncer de mama. Pero también ha tenido que salir a atajar autogoles de autoridades en materia de género, partiendo por el propio Presidente Piñera, quien contó un chiste sexista durante una cumbre presidencial en México. De la misma manera, Schmidt usó twitter para desaprobar la tesis del Intendente del Biobío, Víctor Lobos, quien dijo que las protestas violentas se explican por la cantidad de hijos que nacen fuera del matrimonio; o la visión del ex alcalde de Providencia Cristián Labbé cuando descalificó a su contendora en las elecciones como "una dueña de casa"; o cuando el alcalde de Ñuñoa Pedro Sabat calificó la toma del Internado Nacional Femenino como un "puterío" y a las alumnas que lo criticaban como tontitas.

¿Ha sido difícil confrontar esas miradas machistas de autoridades de su misma sensibilidad política?

Siento que es mi obligación como ministra señalar los puntos que no representan la visión de nuestro sector ni la mirada que tiene un gobierno de centroderecha de la mujer. Hay estereotipos que, muchas veces, reflejan el inconsciente de las personas, que uno no puede dejar pasar. Chile es un país transversalmente machista. Otra caricatura es pensar que la derecha es machista y que la izquierda no lo es. Si miramos los partidos políticos, los que tienen más mujeres y se esfuerzan más por incorporarlas son los de derecha. En la izquierda la participación de la mujer es tremendamente más limitada y escasa.

A un año de finalizar el gobierno, ¿qué tema de su cartera le gustaría dejar resuelto?

El Presidente me pidió terminar con todas las discriminaciones legales que afectan a la mujer. Ya lo hicmos con el postnatal y lo estamos haciendo con la sociedad conyugal y con el cuidado de los hijos. Eliminar el artículo 203 del código del Trabajo sobre las salas cuna es prioritario: no solo encarece la contratación de mujeres y hace que tengan menos posibilidad de empleo, sino que discrimina en relación a hombres y a mujeres.

Usted tiene una de las mejores evaluaciones del gabinete. ¿A qué lo atribuye?

El postnatal ha sido una de las políticas que ha tenido mayor impacto en la ciudadanía, y es un cambio de mirada muy profundo sobre lo que queremos construir como país. Esa es la principal razón por la que la ciudadanía ha manifestado una aprobación alta hacia mi persona.

Evaluó una candidatura parlamentaria. ¿Por qué no prosperó?

Vine a acompañar al Presidente y quiero terminar el trabajo que me encomendó. El Sernam se veía como un ministerio que tenía una figuración menor que otros, pero este gobierno lo ha puesto en el lugar que se merece con la importancia que les ha dado a sus políticas. Soy una apasionada del servicio público y no hay nada que me toque más que sentir que se le puede cambiar la vida a una persona. Pero dada mi personalidad no me veo en el Congreso, que es más lento y requiere más paciencia. Siento que en este momento de mi vida puedo contribuir mucho más desde un cargo ejecutivo.

¿Lo que ha vivido desde 2010 le ha despertado ganas de proyectarse en la política?

Después de conocer en carne propia lo que hace un gobierno, donde uno va sembrando muchas cosas y los resultados se van viendo, creo que 4 años son muy pocos. Soy una convencida de la necesidad de que tengamos un nuevo gobierno de centroderecha para seguir impulsando estos cambios. Me gustaría mucho tener la posibilidad y la oportunidad de contribuir políticamente a un segundo gobierno de la coalición.

¿Preferiría acompañar a Golborne o Allamand?

Lo importante son las ideas, el programa. Ambos candidatos son estupendos y lo importante es que se pueda consolidar lo que se ha realizado en este gobierno.

Soñando a largo plazo, ¿qué noticia relacionada a los temas de género le gustaría ver en un titular de portada?

Chile logró lo imposible: erradicar los femicidios.