Paula 1117, sábado 16 de marzo 2013.

El año pasado, en la muestra anual de moda que organiza el Museo Metropolitano de Nueva York, la directora de la revista Vogue, que ejercio como curadora, lanzo el decreto consagratorio. La moda es arte, dijo. Y nadie le discutió. Con ello se confirmo una tendencia que ya comienza a abrirse paso en Chile.

Las muestras de moda que desde la década del 70 realiza anualmente el Museo Metropolitano de Nueva York (entre mayo y agosto) han consagrado la moda como arte. Una de las instituciones artísticas más importantes del mundo le rinde homenaje cada ano a un disenador destacado para explorar su mundo creativo. Aunque 2013 no será el caso -ya que montaran una exposición colectiva– las dos últimas versiones han sido verdaderas odas a los dioses del fashion. En 2011 se dedicó a Alexander McQueen, y la curatoría mostró su obsesión por el romanticismo y el gótico, entre otros temas presentes en su obra. Y el año pasado la exposición recreó el diálogo de dos grandes diseñadoras italianas de distintos siglos: Elsa Schiaparelli y Miuccia Prada. En la entrevista previa a la apertura de la muestra, la directora de Vogue, Anna Wintour –a cargo de la curatoría– lanzó el decreto consagratorio: "La moda es arte".

Lo que está claro es que, desde siempre, arte y moda han tenido un concubinato profundo. Lo dice el filósofo francés Gilles Lipovetsky, autor del libro El imperio de lo efímero (Edit Gallimard, 1987), quien en sus ensayos observa que la silueta de la modelo de los años veinte, recta y lisa, guarda directa relación con la pintura cubista de esa época, donde predominan las formas rectas y geométricas, en obras de artistas como Picasso, Braque y Matisse.

La avanzada chilena

En Chile la tendencia comienza a pronunciarse tímidamente y las rígidas

fronteras del sistema del arte empiezan a ceder. El referente más importante es Mónica Bengoa, que en 2010 hizo una instalación para Louis Vuitton en París. También existe Contrahilo, agrupación que se dedica a difundir un pensamiento sobre la moda como manifestación cultural y crea piezas que explicitan los cruces con el arte.

Vitrina de Constanza Torres para la muestra Escenas de autor. El vestuario está compuesto por sedas y algodones teñidos con técnicas atacameñas. El piso reinterpreta la costra de un salar.

El esfuerzo de consolidar esta mirada queda claramente demostrado en la exposición Escenas de autor, que sigue hasta finales de abril en el Centro Cultural Palacio La Moneda. Sin embargo, también es evidente que nuestro país está lejos de considerar aún la moda como arte, ya que la muestra está montada desde septiembre de 2012 y ha pasado bastante desapercibida. En ella, seis diseñadores nacionales realizan intervenciones en vitrinas, poniendo énfasis en los imaginarios en que se inspiran y en los procesos creativos de su producción de vestuario. Los autores son Piedad Aguilar, Mariano Breccia y Mercedes Martínez, Antonio Contreras, Juana Díaz, Natalia Holvoet y Constanza Torres.

 Vitrina de Piedad Aguilar, directora creativa Hall Central y diseñadora de la marca Ten Piedad. Se trata de 12 bastidores del tamaño de la vitrina en los cuales se tensan hilos de manera horizontal uno tras otro. En ellos se cuelgan las distintas capas que conforman el diseño de un vestido, hechas con telas semi tráslucidas que, sumadas, arman la estructura.

La exposición confirma que los diseñadores chilenos no solo quieren hacer "trajes lindos"; también quieren influir en la cultura. Todas las obras comparten un espíritu de crítica frente a los sistemas de producción capitalista, una vuelta al valor de la mano de obra y la utilización del reciclaje como recurso ecológico y como una forma de responder creativamente a la precariedad del tercer mundo.