Para nadie es novedad que la bolsa local ha decepcionado, una vez más. Si miramos el nivel de la bolsa actual, está prácticamente a los mismos precios que estaba en enero de 2011. No vemos esto en ninguna otra bolsa de Latinoamérica. Incluso las que se habían comportado de forma similar, como la brasileña y la peruana, este año se han desacoplado, dejando el IPSA atrás.

Por otra parte, el MSCI World ha rentado casi un 100% en dólares en todo este periodo desde el 2011, lo que equivale a un 8,3% anual, liderado por el S&P500 que ha rentado anualmente un 12,7% en dólares!!! El IPSA en dólares todo este periodo ha rentado -30%, es decir, un -3,95% anual.

Incluso la bolsa turca, cuya economía se ha visto golpeada por distintos eventos, ha rentado casi 8% anual en liras turcas, claro que su moneda se ha depreciado tanto que su retorno en USD es negativo. Una historia similar vemos en Brazil. Pero este año en especial ha ido marcando una brecha importante entre las acciones locales y el resto de los emergentes, ni hablar con el S&P500. Mientras el resto de las bolsas emergentes logran recuperar el terreno perdido en 2018, la bolsa local no ve la luz. En los últimos cinco meses ha ido quedando atrás. Mirada en dólares aún más, pues el peso chileno ha sido una de las monedas con peor desempeño.

¿Por qué la bolsa ha decepcionado? Las historias de este año son similares a las que explican los últimos 8 años también. Primero, como somos una economía pequeña y abierta, no estamos exentos del contagio de la volatilidad internacional. Pero este año, si bien Trump sigue mandando sus tweets, las bolsas afuera han mostrado retornos de dos dígitos. El S&P500 va un 18% arriba, y la bolsa china un 15%, ambas en dólares. Así que la volatilidad externa sirvió como explicación el año pasado, pero no necesariamente este.

Lo que sí es cierto, es que si bien no tenemos el cobre representado en la bolsa directamente, los movimientos de éste afectan el ánimo local y las perspectivas de crecimiento, y esto hace que la correlación con nuestro índice bursátil sea alto. El cobre ha caído un 8% desde su máximo a fines de febrero este año. Además, las compañías con exportaciones a China y el exterior, representan algo más de un quinto de la bolsa local, y estas sí se han visto golpeadas directamente. Por otra parte, algunas compañías con presencia en la región, no se han visto beneficiadas por los aires positivos de dichas bolsas, sino todo lo contrario. El desempeño de las ventas y la depreciación de aquellas monedas siguen afectando los rendimientos.

Pero hay muchos factores que son idiosincráticos, y vienen pesando hace años. Primero fueron las reformas de gobierno de la presidenta Bachelet, y hoy es la incertidumbre de si se aprobaran enmiendas a estas mismas reformas. Hace dos años cuando Piñera subía en probabilidad de ser electo, las expectativas, el IPSA e incluso el IMACEC subían notoriamente. Hoy, ante una realidad de escasez de reformas por la intransigencia de la oposición, y revisiones al PIB cada vez más frecuentes, las expectativas para el crecimiento de las utilidades de las compañías son más magras. Los analistas han reducido fuertemente su expectativa de crecimiento de utilidades para este año, y tampoco se ven aires muy prometedores para el próximo año.

Sumado a eso, vienen dos grandes emisiones de acciones, y esta oferta se enfrenta con poca capacidad de absorción por parte del mercado.

¿Entonces invertir o no invertir? Teniendo en mente que los fundamentos no son prometedores, de todas formas en términos relativos la bolsa local no está cara. Mirada desde un punto de vista de precio-utilidad forward o valor libro, el IPSA se ve barato, tanto contra su historia como sus pares. Incluso si miramos en detalle, encontramos algunas acciones que vale la pena analizar más a fondo, porque podrían estar más castigadas por el ciclo, pero podrían revertir antes de lo pensado. Por otra parte, la renta fija local está tan cara, que hay algo de presión para moverse desde una clase de activo a otra.

Sumado además al factor que la "tercera" clase de activo local, que ha estado agarrando fuerza en los últimos años - la inversión inmobiliaria- presenta retornos potenciales cada vez menores, y que no están compensando por el premio por riesgo de la iliquidez.

Por último, la situación de Trump y China no puede durar para siempre. Y cuando se vislumbren luces de un acuerdo, o quizás se detenga esta ola de tweets porque se acerca a fin de año otro precipicio fiscal norteamericano, los commodities tengan un respiro, y los emergentes reciban un impulso. Además, se esperan mayores recortes de tasas localmente y afuera, por lo que esta mayor liquidez irá generando otro viento en popa para los activos riesgosos.

Además, siempre hay un listado de acciones que localmente entregan un buen dividend yield, al cual se le echa mano en tiempo turbulentos.