Las tasas de interés en Chile vienen en una trayectoria de larga data con tendencia a la baja. Si nos concentramos en el período posterior a la crisis económica de 2008, el índice que reúne los bonos emitidos por el Banco Central a 5 años ha caído 267 puntos base, desde el máximo de 2,8% durante el 2010, hasta los 0,1% alcanzados durante la segunda semana de junio de este año, nivel que se anota como el mínimo histórico para este activo.

El comportamiento de los bonos locales no ha pasado inadvertido en el mercado y aunque cueste creerlo, el asset class ha sido la mejor alternativa de inversión ajustada por riesgo en lo va de la década. Tomando como referencia el índice de retorno total de bonos locales de LVA Índices, la renta fija como un todo ha rentado un 110% (8,16% retorno anualizado) desde el 1 de enero de 2010 al 14 de junio de este año, en contraste con el resultado del IPSA (44,3%, 3,94% anualizado) y el índice de acciones internacionales MSCI ACWI (138,5%, 9,6% anualizado) en el mismo rango de fechas. Si bien este último en términos absolutos tiene un mejor resultado, su volatilidad es 6 veces mayor que el de la renta fija local.

Es necesario recalcar que las caídas de las tasas de interés es un fenómeno global, Chile no es un caso aislado. Dentro de las principales razones de la baja en los rendimientos de los papeles en nuestro país, se puede contar:

1) Disminución en los niveles de crecimiento: durante el período 2010-2012 el PIB anotó un crecimiento promedio de 5,8%, cayendo durante los siguientes 3 años (2013-2015) a 2,7% y retrocediendo a 2,3% en el ciclo 2016-2018.

2) Caída en la inflación: las lecturas de IPC a 12 meses en la década pasada anotaron un promedio de 3,5% de crecimiento en los precios, lo cual contrasta con el 2,9% desde el 2010 a la fecha. Lo anterior da cuenta de una baja en la inflación anual promedio de casi un 0,6%.

3) Menor stock de oferta de bonos: un fenómeno relativamente propio de la economía local, ya que en Estados Unidos las bajas tasas han propiciado de manera importante la emisión de deuda corporativa, llegando a representar un 40% del PIB, muy cerca de su nivel récord.

Sin embargo, los movimientos de las últimas semanas obedecen a un cambio estructural de la economía local producto del shock de inmigración, que hizo modificar al alza las perspectivas del Banco Central en cuanto a crecimiento potencial y tendencial se refiere. Esto, sumado a las últimas cifras coyunturales de desaceleración, gatillaron el recorte de tasas más pronunciado que haya hecho el ente emisor desde 2009, arrastrando las tasas a los niveles récord, adaptándose en el proceso a este nuevo "normal" de la economía local.

A pesar de que varios de los factores que mantienen presión sobre las tasas de mercado siguen en pie, esperamos un desempeño mucho más modesto de la renta fija local para los próximos 12 meses, dado los bajos niveles en que se encuentran las tasas locales. Si bien es cierto que esperar niveles de las tasas en UF cercanos al 3%, como en 2010, no conversa con la realidad macroeconómica actual, de acuerdo con los niveles de tasa neutral informados por el Banco Central (3,75% a 4,25% nominal), una subida en torno a 50-70 puntos base durante los próximos 6 meses es totalmente factible de acuerdo a la dinámica actual de la economía, siempre y cuando veamos algún grado de estabilización en el escenario externo.