Covid-19: … el día después

La lucha heroica de los trabajadores de la salud es un ejemplo de que tenemos capacidad humana para construir, entre todos, un mejor sistema de salud. Tengo derecho a soñar, porque la vida sin sueños es triste y gris.


En estos días observamos el despegue, viaje y posterior acoplamiento de la nave Crew Dragon en la Estación Espacial Internacional. Una buena noticia en estos días oscuros de la humanidad. Es un proyecto que abre las puertas del espacio al mundo privado e incorpora nuevas tecnologías y es un aporte del mundo del emprendimiento e innovación al desarrollo y crecimiento de la humanidad.

Observamos con preocupación el colapso de nuestro sistema público de salud y el trabajo heroico en la lucha contra esta pandemia. Se mezclan múltiples factores de hacinamiento, pobreza, migración, cultura, educación sanitaria y un diseño de un sistema de salud que descuidó lo sustantivo: la prevención. Se desnudan nuestras debilidades sociales.

Me pregunto con inquietud si seguiremos insistiendo en políticas públicas que han demostrado incapacidad de resolver los problemas reales de la gente, y es cosa de ver los consultorios públicos, la muerte de ocho mil a 10 mil pacientes al año esperando la atención de un especialista o una cirugía, el endeudamiento hospitalario, el continuo crecimiento del gasto. “Nadie dijo nada… era un pobre diablo que siempre venía cerca de un gran pueblo donde yo vivía. Nadie dijo nada, nadie dijo nada” (Carlos Pezoa Véliz). En salud nadie dice nada de erradas políticas públicas. Seguimos hablando “de la reforma de Cruz Coke y Allende de los 50′” y de aumentar los recursos para Fonasa sin hacer una “cirugía mayor” a nuestro sistema público de salud. Nuestros tribunales resuelven problemas que son competencia de la autoridad. Es tiempo que movamos las agujas del reloj.

Me preocupa esa política de seguro único en vez de tener seguros públicos y privados que compitan. Me preocupa esa política de aumentar los recursos a Fonasa sin modernizar el sector. Me preocupa que el Estado continúe con este monopolio de los pacientes, no permitiendo que estos elijan libremente el prestador causa esencial de la inequidad al acceso igualitario en salud.

El mundo camina hacia sistemas de salud mixtos, con participación pública y privada. En salud se debe tomar como eje central la prevención, fortalecer la red primaria, médicos de familia, educación sanitaria, uso de la tecnología en detectar en forma precoz enfermedades.

Nuestra Salud Pública debe adaptarse a las nuevas enfermedades donde la tecnología va a cambiar los paradigmas de enfrentarlas. Plan único garantizado (GES) al que puedan acceder los pacientes en forma oportuna a hospitales públicos o privados. Una ficha médica universal única, que permita migrar entre hospitales públicos y privados para avanzar al hospital digital. Seguros públicos y privados sin exclusiones, que permitan a los pacientes poder elegir libremente el prestador subsidiando a los más desposeídos en los parámetros de la seguridad social moderna. Seguro universal obligatorio para enfermedades catastróficas, concesiones hospitalarias que maximizan recursos y Estatuto de los Trabajadores de la Salud que los proteja con incentivos, son ejes de una política pública en salud.

Soy escéptico, porque veo muchos intereses y dogmatismo, pero tengo derecho a soñar. La lucha heroica de los trabajadores de la salud es un ejemplo de que tenemos capacidad humana para construir, entre todos, un mejor sistema de salud. Tengo derecho a soñar, porque la vida sin sueños es triste y gris.

-El autor es ingeniero

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