Fabricante de Oreo y Toblerone enfrenta boicot por sus negocios con Rusia

Fabricante de Oreo y Toblerone enfrenta boicot por sus negocios con Rusia. Foto: Reuters.

Aunque varias empresas occidentales vendieron sus activos rusos tras la invasión a Ucrania el año pasado, otras, como Mondelez, se han quedado a pesar de las protestas de sus empleados.


Mondelez International, que enfrenta un creciente boicot empresarial en la región nórdica por su presencia en Rusia, se reunirá esta semana con representantes del gobierno noruego con la esperanza de proteger el negocio local del grupo.

Las aerolíneas SAS y Norwegian Air, el grupo ferroviario SJ, la cadena hotelera Strawberry, el minorista Elkjop, el grupo naviero Fjord Line y la Asociación Noruega de Fútbol fueron algunos de los que anunciaron en los últimos días que dejarían de vender productos Mondelez.

El fabricante mundial de aperitivos, que produce Oreo, Toblerone y docenas de otras marcas, tiene una fuerte presencia en Noruega y Suecia a través de sus fabricantes locales de chocolate Freia y Marabou.

El Ministerio de Relaciones Exteriores noruego dijo el lunes que planea reunirse con empresas de ambos lados del boicot, pero se abstuvo de recomendar una solución.

Corresponde a las empresas y a los particulares tomar decisiones independientes sobre qué comprar y con quién comerciar”, declaró en un comunicado el secretario de Estado Erling Rimestad.

Aunque algunas empresas occidentales vendieron sus activos rusos tras la invasión de Ucrania por Moscú el año pasado, otras, como Mondelez, se han quedado a pesar de las protestas de sus empleados en otros países.

Las empresas nórdicas afirmaron que su decisión de dejar de vender productos de Mondelez se basa en el anuncio realizado este año por la Agencia Nacional para la Prevención de la Corrupción en Ucrania de que incluirá al fabricante de aperitivos y a otros grupos en una lista negra.

Fabricante de Oreo y Toblerone enfrenta boicot por sus negocios con Rusia

La defensa de Mondelez

Mondelez, con sede en Chicago, afirmó en un comunicado que no vende productos de fabricación rusa en Noruega y que las directrices oficiales deben basarse en criterios objetivos que traten a las empresas por igual.

La empresa dijo que mantiene una actividad “limitada” en Rusia, con las inversiones y la publicidad detenidas, al tiempo que había condenado la guerra.

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