Hoy la Arquitectura Nuclear Global está enfrentando profundas tensiones. No solo es la cuestión del Programa Nuclear de Corea del Norte; sino que, además, la reciente amenaza del presidente Donal Trump, más allá de las razones sostenidas para esto,  de revocar el acuerdo alcanzado con el gobierno de Irán para detener su programa nuclear; pacto que fue logrado durante el período de la presidencia de Barack Obama.

El acuerdo llamado Plan de Acción Conjunto y Completo firmado, en 2015, entre Irán y China, Estados Unidos, Francia, Inglaterra, Rusia y Alemania, se sostiene sobre la base de la verificación y no sobre el de la confianza. Lo central se orientó a detener el programa nuclear iraní considerado de carácter no pacífico.  El acuerdo tuvo como punto medular el que Irán se comprometió a no producir uranio altamente enriquecido y eliminar 2/3 de las centrífugas. A cambio, las Naciones Unidas levantaron las sanciones contra Irán.

Son, fueron y serán precisamente estas situaciones las que han empujado al desarrollo de una Arquitectura Nuclear Global. Esta fue conceptualizada en 1953 con el famoso discurso Átomos por la Paz pronunciado, en la Naciones Unidas, por el entonces presidente de los Estados Unidos Dwight Eisenhower; momento en el que también se inicia la Guerra Fría y se afianza la organización del sistema internacional sobre la base de la destrucción mutua asegurada (MAD en su sigla en inglés). Lo central del discurso, ya habiéndose concretado el estatus nuclear militar de la Unión Soviética, no fue la eliminación del arsenal existente, sino que la correcta administración del mismo (quienes podían y quienes no podían acceder a la tecnología nuclear con objetivos militares). La institucionalidad de la arquitectura se inicia, en 1957, con la creación de la Agencia Internacional de Energía Atómica. Desde entonces con tratados, acuerdos y convenciones se ha trabajado, principalmente, para evitar la proliferación y avanzar en el desarme nuclear.

Los resultados, más allá de las críticas de la efectividad o no de la arquitectura nuclear, han sido importantes. Efectivamente, por sobre la histórica discusión sobre por qué unos Estados poseen armas nucleares y otros no las pueden poseer, la arquitectura ha sido capaz de contener la proliferación nuclear dejando que hasta hoy solo 7 países se sumaran a los dos iniciales, estos dos primeros responsables de la proliferación estratégica y latente. De este modo, estos nueve países, son efectivamente considerados con desarrollo, conocimiento y tecnología nuclear con objetivos militares: Estados Unidos, Rusia, Inglaterra, Francia, China, Israel, India, Pakistán y Corea del Norte. Los cinco primeros son parte del Tratado de No-Proliferación y Desarme y los otros cuatro no.   

Sin embargo, al igual que como lo ha sido desde 1957, hoy la actual arquitectura se enfrenta a situaciones que están presionando hacia una nueva etapa de alta complejidad en la problemática que representa la existencia de las armas nucleares. En otras palabras la posibilidad que el número de países con este tipo de armamento aumente y, con ello, que el número de armas nucleares también lo haga es una posibilidad cierta.

De este modo, el nuevo proceso de consolidación del presidente de China, Xi Jinping; la renaciente Rusia del presidente Putin, el proceso de ascenso de India (y su tensión con Pakistán y China), el programa nuclear de la República Democrática de Corea del Norte y, con la misma fuerza que estas variables, las declaraciones del presidente Donald Trump en relación a aumentar el número de armas nucleares y el anuncio de declarar "sin valor" el acuerdo entre Estados Unidos e Irán, solo están debilitando la existente Arquitectura Nuclear Global.