DESDE EL sí y el no, el caso más polar de la política, el mapa ha cambiado muy radicalmente. Le siguió la Concertación de 4 partidos versus Alianza de 2 y el PC al margen del gobierno. Hoy la cosa es más compleja. Chile Vamos tiene 4 partidos; RN, UDI, PRI, Evópoli y un eje articulador de hecho que es Avanza Chile de Piñera. Los dos más grandes en esta coalición, al parecer no se toleran entre sí y tienen una seria crisis de liderazgos que se arrastra ya por años. La centro derecha sufre además de una franca falta de ideas y propuestas apropiadas para el siglo 21, y mantiene un anclaje religioso que hoy resulta muy complejo en la sociedad chilena cada vez más diversa. Su porcentaje parlamentario debería estar en el entorno del 35%.

En el centro está por ahora Ciudadanos, Red Liberal, y Amplitud. Si bien tratan de aunarse es difícil ya que Ciudadanos y Amplitud se forman en torno a una persona más que ideas, y probablemente desaparecen sin esos líderes. Ciudadanos tiene un discurso más bien tecnócrata de principios liberales y con claros sesgos de izquierda moderna de tipo colaborativa, no marxista, y por ello muy constructiva. Claramente intenta hacer un aporte intelectual. Red liberal es quizás la entidad más sólida intelectualmente, ya que es totalmente liberal y de orientación académica, pero no es partido. Nadie sabe cuánto pesarán en las elecciones parlamentarias, quizá alcancen un 4 a 5% en conjunto.

Por la centro izquierda la cosa es más compleja. Ahí está la DC más hacia el centro, pero con algunos trazos muy de izquierda y otros de derecha. Un partido que parece haberse olvidado de su pasado intelectual que está muy escindido internamente y con serios problemas de liderazgo. Hoy define el destino de la NM. El PRSD bastante a la izquierda pero con algunos trazos de centro, que parece vivir del pasado y carente de líderes fuertes relevantes a nivel nacional. El PPD muy de izquierda emocionalmente, pero con poca ideología por ser en su origen un partido instrumental. También está muy escindido internamente, y tiene fuertes liderazgos pero muy antagónicos. El PS tiene una larga historia política. Su base ideológica sigue siendo marxista aunque ya tiene algunos renovados. Tiene varias tendencias internas y líderes muy fuertes.

Luego hay un grupo que son en esencia lo mismo y que es el ala más de izquierda de la Nueva Mayoría compuesto por el PC, IC, MAS, que son abiertamente marxistas clásicos en su ideología, abiertos seguidores del chavismo, el foro de Sao Paulo y defensores acérrimos de la dictadura cubana. El PC tiene mucha estructura, es disciplinado, mira el largo plazo y mantiene viva la idea de avanzar sin transar. La IC y el MAS son caudillistas personalizados sin mucho destino sin esos líderes. La Nueva Mayoría es hoy quizás un 51% en elecciones parlamentarias, con el PRO pueden ser 57%. El PRO es difícil de definir. Ciertamente es de izquierda pero no parece ser marxista sino de una nueva especie en desarrollo. Está organizada entorno a un líder y su destino es incierto sin MEO.

Aún más a la izquierda se sitúan los movimientos estudiantiles, Revolución Democrática y la Izquierda Autónoma. El FPMR, y el MIR que intenta convertirse en partido político. Estos partidos podrían calificarse como neomarxistas y reivindican ideas revolucionarias muy parecidas a las de los años 60's.

Hoy tienen dos diputados jóvenes, con poca experiencia y formación intelectual, y no han aportado ideas novedosas propias del siglo 21 como se esperaría de los jóvenes. Estos hoy diputados fueron subsidiados por la Nueva Mayoría a la que critican sistemáticamente. Han tenido dificultades en recolectar las firmas para registrarse como partidos. No se sabe cuánta es su fuerza electoral real, pero tienen gran simpatía en las encuestas.

Lo que observamos es una enorme fragmentación política que es directamente negativa en un sistema presidencialista. El Congreso será manejado por minorías que administrarán sus votos pidiendo concesiones que distorsionan las políticas públicas nacionales. Gobernar será extremadamente difícil para cualquier presidente y en particular para alguien de centro derecha ya que el nuevo distraje está hecho a la medida para la izquierda en el parlamento. Al final sólo fue un nuevo binominal enchulado. Se suma el error de la clase política al definir el período presidencial de 4 años y el voto voluntario. Ello demuestra la mirada corta de nuestra política y los difíciles años que se nos vienen por delante. Si se va a cambiar la Constitución debe hacerse con pureza de intención, de manera republicana y no como una arista más de la atávica lucha de poder político.