Cuando en 1935 se escindió en Partido Conservador la "Falange Nacional" que hasta entonces había constituido su juventud; un grupo de muchachos de la Universidad Católica Escuela de Derecho: los Frei, Leighton, Jaime Castillo y los estudiantes de ingeniería Manuel Antonio Garretón Walker, José Ignacio Palma y otros se decidieron a emprender una carrera política como partido independiente.

Aunque católicos observantes, se mostraban críticos ante la actitud retrógrada del Partido Conservador, hasta entonces el brazo político del catolicismo chileno.

Bajo la firme dirección espiritual del padre Oscar Larson, estos jóvenes estaban convencidos de que la iglesia católica (mundial y  chilena) se había quedado muy atrás al enfrentar el "problema social".

Constituían la juventud conservadora, pero muy pronto se enfrentaron con la directiva pelucona que los miraba con recelo.

En un comienzo fueron muy pocos, un mini partido político, pero eso mismo ayudó a que mantuvieran una férrea cohesión y espíritu.

Sin embargo, continuaba siendo un partido político pequeño y poco importante por mucho tiempo.  Apoyaron al Frente Popular y a los gobiernos radicales que los sucedieron.  La estrella de Eduardo Frei Montalva lo llevó al Senado primero por Coquimbo y La Serena,  y luego por Santiago.

Se vieron fortalecidos, además, por la fusión con los conservadores social cristianos, algunos ex Agrariolaboristas y llevar a Eduardo Frei Montalva como candidato presidencial a las elecciones de 1958.  Se habían puesto los pantalones largos.

Con el nuevo panorama, nacía el que sería el principal partido político de chile entre 1960 y 2015.

Con todo, Frei no fue elegido presidente en 1958, pero tuvo una magnífica votación y todavía el PDC aparecía como sólido y cohesionado.

Durante el gobierno de Jorge Alessandri, la DC continuó creciendo, esto significaba que Eduardo Frei Montalva sería de nuevo candidato en 1964.

En aquel año,  Frei y Salvador Allende, caudillo de la izquierda,  se enfrentaron.

Frei que podía contar no sólo con el apoyo del PDC sino también de la derecha, ganó…pero comenzaron los problemas dentro del PDC.

Sectores de la juventud,  impresionados por la Revolución Cubana de 1959, comenzaron una tendencia proclive a afirmar que las reformas prometidas  por Frei eran muy limitadas y había que avanzar hacia cambios mucho más rápidos.  Ahora se está ante una división real y difícil.

Estos críticos, sin tener en cuenta que no basta la radicalización, sino que tiene que combinarse con prudencia, se fueron constituyendo en un partido dentro del PDC ¿ingenuidad, falta de equilibrio?, pero decidieron quebrar la DC.

Me han mostrado la mesa de un café de Paris, donde, hacia 1965,  se juntaron algunos de ellos encabezados por Rodrigo Ambrosio y decidieron quebrar la Democracia Cristiana y formar el Mapu ¿será cierto?, no sé, pero poco después la quebraron.

El gobierno de Frei fue bueno, pero esto también significó la enemistad de la derecha horrorizada por la Reforma Agraria.

Más grave aún,  el PDC mostró signos de una división mayor.  Radomiro Tomic era buena persona, y quería suceder a Frei como primer mandatario, pero su programa, además de confuso y voluntarista,  recogía mucho las ideas del Mapu, y del programa que nuevamente llevaba Salvador Allende.

Desde entonces, el PDC ha tenido dos tendencias.  Una más moderada heredera del freísmo y aylwinismo,  y otra más de izquierda cercana al socialismo, e incluso,  al comunismo.

La caída de Pinochet acercó a todos los sectores del PDC en la Concertación.  Esta tendencia continuó hasta el gobierno de Ricardo Lagos después del año 2000.  Pero se volvería a la pugna centro izquierda dentro del PDC  durante el gobierno de Michelle Bachelet, una persona de izquierda, pero que, en ese, su primer gobierno,  se mostró moderada, aunque terminó en un fracaso político, pues fue elegido nuevo presidente Sebastián Piñera el año 2009, hombre de derecha, pero que antes había sido demócrata cristiano.

Fue el primer presidente de derecha  desde Jorge Alessandri, elegido en 1958.

El PDC guardó ante Piñera una oposición moderada, pero seguían existiendo profundas diferencias en su interior.  Además,  ya eran otros los hombres que lo dirigían.  Personas con menos tradición cristiana y pienso que con menos espíritu público.

Pero en definitiva,  esta nueva generación perpetuó la escisión a que nos hemos venido refiriendo, los conflictos de las últimas semanas, lo demuestran.

Por lo tanto, las rupturas dentro de la Democracia Cristiana son antiguas y creo que de difícil término.  Sumadas al notable empequeñecimiento de la colectividad hacen prever un futuro difícil para ésta.