HACE UN par de semanas se realizó el lanzamiento de mi libro, La rebelión del sentido común. En él intento explicar por qué la gente sabe mucho más economía de lo que cree y cómo el conocimiento y la intuición de las personas comunes y corrientes son una valiosísima fuente de sabiduría cotidiana que no debe ser ignorada a la hora de elaborar políticas públicas. En esta columna, la última antes del fin de año, les dedico una decena de reflexiones que se extraen del libro y que espero encuentren interesantes e inspiradoras.
1) Es de sentido común que primero tengo que tener un trabajo y un ingreso y solo después puedo pensar en qué gastar la plata. A pesar de esta obviedad, muchos economistas y políticos creen que elevando el gasto público se arreglan los problemas de la economía.
2) Es de sentido común que, habiendo competencia, las empresas que dan un mal servicio a sus clientes y venden malos productos, tienen los días contados. La competencia es la mejor forma de castigar a los malos empresarios.
3) Es de sentido común que la mejor forma de ayudar a los más necesitados es entregándoles oportunidades para que estudien y trabajen. Sin embargo, los gobiernos insisten en darles bonos y regalos.
4) Es de sentido común que la educación no es gratuita. Hay que pagarle a los profesores, construir y mantener los establecimientos y comprar computadores. La pregunta es: ¿quién y cuándo paga la cuenta y cuánto paga?
5) Es de sentido común que la gente está perfectamente dispuesta a aportar 5 mil, 10 mil o 15 mil pesos mensuales para tener la posibilidad de elegir el colegio para sus hijos. De hecho, la cuenta del celular es más cara que eso y todos tienen uno. A pesar de ello, este gobierno eliminó el copago y la libertad de los padres de elegir el colegio para sus hijos.
6) Es de sentido común que si a los emprendedores chilenos se les cobra una tasa de impuesto de 44% y a los extranjeros de 35%, los chilenos le van a vender sus empresas a los extranjeros y se van a llevar su plata para otro lado.
7) Es de sentido común que las buenas intenciones no bastan. De lo contrario, Santiago tendría el mejor transporte público del mundo, la educación sería gratuita y de calidad y no habrían meses y hasta años de espera en los hospitales.
8) Es de sentido común que si los delincuentes quedan sin castigo, va a aumentar la delincuencia.
9) Es de sentido común que si Chile ha progresado en los últimos 30 años, más que nunca antes en su historia, no hay que cambiarlo todo. Hay que arreglar lo malo y mantener lo bueno. Aun así, hay quienes quieren pasar una retroexcavadora.
10) Es de sentido común que la riqueza no existe, se crea. Por lo tanto, si no se crea riqueza, solo se puede repartir pobreza.
Los invito a que ustedes mismos agreguen sus propias ideas de sentido común a la lista que aparece más arriba. De seguro serán de gran aporte para mejorar la economía y la política de nuestro querido Chile. Feliz Navidad.







