En los últimos días hemos observado en redes sociales que algunas personas llaman a no donar a la Teletón, principalmente debido a que es una organización de carácter privado y en la que participan diversas empresas, entre ellas la CMPC, que ha sido protagonista del último caso de colusión dado a conocer a través de los medios de comunicación.
Ante esta realidad es necesario transparentar ciertas posturas y tener un diagnóstico asertivo en relación a la Teletón y a la función de la sociedad en superar los problemas que enfrentan día a día los niños discapacitados.
La Teletón es un verdadero orgullo para nuestro país, no sólo por los valores que inculca en las 27 horas que dura el programa de televisión, sino que también por el trabajo silencioso que hacen muchos voluntarios y profesionales en la atención de los niños discapacitados. Hace pocos días pude leer un testimonio de una madre que contaba la experiencia de su hijo, quien asistía a la Teletón, y entre otras cosas comentaba que la atención era totalmente gratuita, recibía ayuda para el traslado y el equipo profesional que atendía a su hijo iba a ser el mismo durante todo el tratamiento, con el objetivo de lograr un trabajo personalizado y que dé mejores frutos.
Lo anterior sin duda es un ejemplo que debieran imitar muchas instituciones. Pero también da cuentas que una institución privada puede cumplir una función pública importante y de forma correcta. Es que los primeros encargados de resolver los problemas sociales somos nosotros mismos a través de nuestras organizaciones.
A modo de ejemplo del rol público que pueden cumplir las empresas y los particulares, es la campaña de la CCU y la Teletón "27 toneladas de amor", que busca reciclar 27 toneladas de plástico con el objetivo de aumentar la donación que hacen tradicionalmente a la Fundación Teletón. Esta situación sin duda que no solo beneficiará a los niños de la Teletón, sino que también a la sociedad entera a través de la protección del medio ambiente.
En este escenario es legítimo preguntarse si el Estado tiene alguna función en relación a la discapacidad y cuál sería. En primer lugar, por supuesto que el Estado tiene una función en relación a la discapacidad, por ejemplo el crear normativas para la construcción amigable para personas que se transporten en sillas de ruedas, o incentivos para la inserción laboral de las personas discapacitadas. Sin perjuicio de lo anterior, hay otra función del Estado que es más importante que las anteriores, que es el incentivo a la creación de iniciativas como la Teletón en ésta y otras áreas y los incentivos tributarios correspondientes a las empresas y personas que quieran donar a estas instituciones. Adicionalmente, puede y debe contribuir con recursos que van en directo beneficio de los chilenos, especialmente de quienes más lo necesitan.
Nuestro país está lleno de iniciativas de la sociedad civil que buscan solucionar problemas sociales importantes, por ejemplo Bomberos, Fundación Chile Unido, el hogar de Cristo y por supuesto la misma Teletón. Sin embargo, existe una gran cantidad de problemas que no se han resuelto muchas veces por la falta de incentivos o por el exceso de burocracia exigido a éstas instituciones.
Lo que hemos expuesto anteriormente ha sido cuestionado por cierto sector de la izquierda política y han centrado sus críticas en la Teletón. A mi juicio se equivocan y es necesario que transparenten el debate. Lo que a un sector de la izquierda le molesta es precisamente que sean los particulares – ese conjunto de personas que se agrupan libremente – los que hayan resuelto en gran medida el problema social de la discapacidad y día a día vayamos logrando un país más inclusivo. La opción preferente que han tomado para que el Estado tenga el monopolio exclusivo de esta función, resulta una visión superada en las sociedades libres y dinámicas, y representa más bien un vestigio ideológico que razones fundadas en la eficiencia del tratamiento a los niños discapacitados.
Es por lo anterior que han presentado esta falsa dicotomía en que quienes creen que el Estado debe hacerse cargo de la discapacidad son los únicos que se preocupan realmente por el tema, cuando realmente lo único que han hecho es intentar desprestigiar una institución que funciona y que los chilenos sentimos como parte de nuestra idiosincrasia.
Por otra parte, sería bueno que dijeran cuál es su propuesta, ¿que el gobierno administre una institución similar? Probablemente el fracaso sería como lo han hecho con Codelco, Enap, Transantiago y Efe, por nombrar algunos ejemplos. Resulta irónico que viendo los graves problemas que presenta la salud que administra el Estado algunos propongan aumentar su carga, como si lo anterior fuera a solucionar el problema y no generar una postergación a los niños con discapacidad que hoy son ampliamente atendidos en la Teletón.
Quienes creemos en una sociedad libre pensamos que la Teletón vitaliza nuestras ideas con su funcionamiento día a día, por eso promovemos no tan solo la ayuda a los niños discapacitados, sino que todas las iniciativas que realizan este tipo de instituciones y que son beneficiosas para Chile.