*Esta columna fue escrita junto a Cristóbal Kubick, estudiante de economía Universidad de Chile.
En abril del año 2011 se estableció la Alianza del Pacífico, mecanismo de integración regional conformada por Chile, Colombia, México y Perú. Dentro de los objetivos de este acuerdo se encuentran la construcción de un área de integración que avance progresivamente hacia la libre circulación de bienes, impulsar un mayor crecimiento y competitividad de las economías y convertirse en una plataforma de articulación y proyección económica con especial énfasis en el mercado asiático.
A partir del establecimiento de este acuerdo, numerosas actividades se han llevado adelante para la concreción de los objetivos. Entre ellas, en mayo del 2016 se puso en marcha el protocolo comercial que eliminó los aranceles entre estos países para prácticamente la totalidad de los productos transados.
Dentro del análisis económico del comercio internacional, uno de los aspectos que más se estudia es el efecto que tienen los aranceles o las tarifas sobre las exportaciones e importaciones de los distintos países. Existe cierto consenso en la literatura de que la liberalización de los aranceles trae consigo beneficios para todos los países involucrados ya que optimiza la asignación de los recursos. Esto es, las aperturas comerciales traen consigo un aumento de la productividad promedio de las industrias exportadoras (Melitz, 2003), lo que posibilita alcanzar mayores niveles de ingreso. Si bien es cierto que los efectos de los TLC son difíciles de cuantificar, se estima que en el largo plazo se puede llegar a duplicar los volúmenes comercializados entre dos países (Baier y Bergstrand, 2007 y 2009, Santos-Paulino, 2002).
Usando datos recolectados por el Servicio Nacional de Aduanas y datos del Banco Mundial con el detalle del promedio del nivel arancelario de los productos para cada uno de los capítulos del Sistema Armonizado, hicimos el ejercicio de estimar el efecto de la reducción arancelaria de mayo del 2016 sobre las exportaciones chilenas, utilizando el método de diferencias en diferencias.
Los resultados del análisis econométrico sugieren un impacto positivo y significativo de la reducción arancelaria de la Alianza del Pacífico sobre el volumen de exportaciones de los productos tratados, tanto para la fecha de su anuncio mediático como para la reducción misma de los aranceles. La magnitud de los resultados sugieren un impacto entre un 50% y un 60% dependiendo de qué fecha se utilice como tratamiento.
Creemos que los resultados son claves en varios sentidos. En primer lugar, los resultados muestran que la reducción arancelaria sí parece tener el efecto que buscaba y no es sólo teoría. Sin duda que falta mucho más análisis para entender mejor los efectos de la rebaja arancelaria, pero esta primera aproximación va en la dirección esperada. En segundo lugar, en nuestra opinión, los resultados invitan a profundizar este tipo de acuerdos para aumentar todavía más nuestras exportaciones al resto del mundo, con todos los resultados positivos que esto implica.
En un año marcado por el ambiente electoral y ya conocidos los resultados de las primarias presidenciales, sería positivo que quienes aspiren a presidir nuestro país se pronuncien sobre sus políticas y visiones acerca de los posibles acuerdos comerciales de Chile con el resto del mundo. Tal vez aquí se puede encontrar una ayuda para encontrar el esquivo crecimiento.







