CONSTRUIR UNA  sociedad más inclusiva es crucial para elevar nuestro crecimiento económico. En 1960, el 94% de los abogados y médicos estadounidenses eran hombres blancos. En 2010 ese porcentaje cayó a 62% producto del aumento en mujeres y personas afroamericanas. Entre esos años el PIB per cápita de EE.UU. aumentó de 17.000 dólares a 48.000 dólares. La evidencia indica que cerca de un cuarto de dicho incremento se explica por la mejor asignación de talentos asociada a la mayor inclusión.

La incorporación de más mujeres y personas de distintos orígenes a la economía permite no solo construir una sociedad más justa, sino también potenciar el crecimiento de manera significativa. Y en nuestro país tenemos un gran desafío en esta materia. Algunos ejemplos: las mujeres representan un 6% de los directorios de sociedades anónimas abiertas; gran parte de los gerentes de nuestras empresas vienen de un número acotado de colegios; mientras 5 de las 20 empresas más grandes del mundo no existían 25 años atrás, en Chile, las 20 empresas más grandes tienen al menos 25 años.

Inclusión, innovación y emprendimiento van juntos. Nuestro país necesita que la innovación se transforme en una fuente de ventaja competitiva y que el emprendimiento genere nuevas empresas capaces de contribuir a la sofisticación de nuestra matriz productiva. La única forma en que vamos a cumplir estos objetivos es generando oportunidades al talento que tenemos en nuestro país. Por eso en la Agenda de Productividad le hemos asignado un papel central a la democratización del emprendimiento y la innovación.

Democratizar el emprendimiento requiere avanzar decididamente en simplificación de trámites. Como gobierno estamos implementando la plataforma digital Escritorio Empresa, que ofrece una serie de soluciones para crear y operar una empresa, reduciendo tiempo y recursos.

Desde que asumimos, hemos aumentado en 55% los recursos destinados al emprendimiento. Esto se traduce en más de 1.000 emprendedores innovadores apoyados a través de Corfo anualmente, en la creación de una red de 36 coworks a lo largo del país, y en que nuestras startups puedan recibir financiamiento de nuevos fondos de etapa temprana.

La internacionalización de nuestras empresas es crucial. Por eso es un gran logro la reciente incorporación de Chile a la red Eureka, una de las líderes en materia de emprendimiento e innovación en el mundo. Esto generará oportunidades a nuestras empresas para asociarse con centros de investigación y empresas extranjeras.

Democratizar el emprendimiento y la innovación requiere además mercados competitivos. Si las ganancias de coludirse son mucho mayores que las sanciones, no tendremos innovación. Si una empresa puede abusar de su poder de mercado para bloquear a una empresa emergente, no tendremos nuevos modelos de negocios que aumenten la productividad. Por eso la ley de libre competencia iniciada y aprobada en este gobierno es clave para nuestro crecimiento.

La tarea de generar un crecimiento sostenido requiere evitar recetas simplistas. No puede reinventarse cada cuatro años. Requiere una mirada de corto y especialmente de mediano y largo plazo. Requiere corregir errores y generar consensos mínimos. Solo de esta manera tendremos la posibilidad de seguir construyendo un mejor país.