LA SEMANA pasada lamentamos la partida del gran escritor, artista y multifacético activista Pedro Lemebel. Una voz rupturista e iracunda, que desde sus memorables performances como "Yegua del Apocalipsis" durante la dictadura, hasta su aclamada participación en la última feria de Guadalajara, representó con su arte un mundo marginal y desgarrador que es parte de nuestra identidad y aún resistimos a reconocer.

Recuerdo hace ya una década, investigando para el Plan Maestro que me tocó liderar para la recuperación del Zanjón de la Aguada, haber leído con emoción su crónica homónima, donde Lemebel describía sin anestesia su infancia en la entonces cloaca abierta de la capital. "Y tal vez alguien nos dijo que existía el Zanjón y para no quedarnos a la intemperie, llegamos a esas playas inmundas donde los niños corrían junto a los perros persiguiendo guarenes."… "Es como un desaguadero de los excesos de la ciudad. Es un paralelo al Mapocho, pero más oculto; representa la evacuación de los proyectos sociales y políticos perdidos" afirmaba el autor en 2003.

Ese paralelo llamado Mapocho también tuvo un pasado pestilente y marginal, que luego de las obras del colector terminado recientemente, permite hoy cumplir los sueños de otra gran figura de nuestra cultura también ausente, el Premio Nacional de Arquitectura Mario Pérez de Arce. Todavía recuerdo en mis años de estudiante, a Don Mario pregonando la idea de recuperar todos los parques públicos y privados de las riberas del Mapocho como un parque lineal continuo que conectara desde Lo Barnechea hasta Maipú. El sueño de Pérez de Arce persistió en la memoria, hasta que un grupo de arquitectos y estudiantes de la UC decidieron concretarlo y presentar a las autoridades el proyecto Mapocho 42k, un parque lineal de 42 kilómetros que hiciera realidad el sueño de Don Mario.

Gracias a la perseverancia de sus gestores y la concurrencia de voluntades ministeriales y municipales, hoy el 42k es realidad, con la inauguración reciente de 1,5 kilómetros de parque en Quinta Normal asociados a la extensión de la avenida parque Costanera Sur. A esto se suma la colocación de la primera piedra del 42k en Providencia, y el hecho que Vitacura avanza en el desarrollo de un Plan Maestro que -más allá de las aprensiones de algunos vecinos-, agregará 11 nuevas hectáreas de parque fluvial a este sueño.

Finalmente, se inauguró también el esperado parque Renato Poblete, sueño del ex Presidente Piñera por un Mapocho navegable. Más allá de las críticas que algunos hicimos a la idea original de intervenir el carácter torrentoso del río, la perseverancia del presidente terminó por entregarle a nuestra ciudad un parque extraordinario, con un diseño paisajístico e hidráulico que lo convertirán sin duda en un lugar memorable de nuestra ciudad, agregando 20 hectáreas de parque al Mapocho.

En este contexto, bien vale la pena celebrar la perseverancia y compromiso de las distintas autoridades y ciudadanos por concretar el sueño de recuperar nuestros cauces urbanos. Ojalá que este impulso permita también completar el inconcluso parque la Aguada, y por qué no soñar también en honrar a nuestro escritor y artista con el nuevo parque "Pedro Lemebel", haciendo realidad aquellos proyectos sociales y políticos perdidos en el zanjón que lo vio nacer como escritor.