Nos estamos apoyando en nuestras marcas inigualables”, afirmó este miércoles Bob Iger ante los inversionistas de Disney. El CEO de la compañía –de regreso en el puesto desde noviembre pasado– fue el encargado de oficializar la realización de Toy story 5, Frozen 3 y Zootopia 2, confirmando que el futuro cercano de la firma seguirá impulsado por las secuelas de sus mayores éxitos animados.

De ese modo, se transforma en una certeza que en algún rincón de sus oficinas en Emeryville, California, los cerebros de Pixar trabajan en la continuación de la popular saga de Woody y Buzz. Nacida en 1995, la franquicia ha recaudado cifras millonarias con cada una de sus entregas, volviendo irresistible la idea de producir nuevas películas, en especial en tiempos complejos para la casa del ratón Mickey. Pero si la cuarta parte ya despertaba dudas –debido a la gran conclusión que significó la tercera–, una quinta enfrenta un reto mayor.

*¿Qué hacer con Woody?

Al final de Toy story 4 (2019) Woody y Buzz separaron sus caminos. Incorporando nuevas lecciones de vida, el vaquero opta por quedarse con Bo Peep y el resto de los “juguetes perdidos”, aquellos libres de dueños y disponibles para hacer feliz al niño de turno, mientras que Buzz vuelve con Bonnie y el resto de la pandilla.

Así, los realizadores intentaron poner punto final a la historia del personaje al que da voz Tom Hanks, protagonista de todas las películas de la saga. “Trabajamos muy duro para hacer de este cuarto filme la conclusión del arco de Woody, de modo que se sintiera como una conclusión para él”, explicó en su momento Josh Cooley, director del largometraje. “Trabajamos muy duro para completar a Woody como personaje”, subrayó.

El dilema está claro: traerlo de vuelta podría arruinar lo que anteriormente se planteó y no incluirlo podría anticipar un desastre. Al final, ¿qué es Toy story sin Woody? La franquicia pudo sobrevivir sin Andy, pero parece difícil que se mantenga a flote si decide omitir a su figura central.

*¿Quién toma el mando creativo?

Aunque Bon Iger no reveló quiénes son los guionistas y directores que están trabajando en la quinta parte de Toy story, hay algunas certezas: Josh Cooley, director de Toy story 4, abandonó Pixar en marzo de 2020 en busca de nuevos horizontes, y John Lasseter, cofundador del estudio, se alejó de la compañía en 2018. Probablemente ninguno regrese.

Uno de los talentos que podría darle continuidad a la marca es Andrew Stanton. Director de Buscando a Nemo (2003) y Wall-E (2008), ha escrito o participado en la historia de todas las películas de la saga y está de vuelta en la firma desde hace algunos años. Otro nombre clave es Pete Docter, director creativo de Pixar y parte de Toy story desde su origen. Bajo su guía, la franquicia parece estar en buenas manos, aunque los desafíos que enfrentan lucen mayúsculos.

*¿Es Forky la clave?

Un tenedor de plástico creado por la nueva dueña de los juguetes, Bonnie, se transformó en el nuevo personaje favorito de los seguidores de la saga. Extremadamente sencillo, Forky representó la inocencia de quien ignora las reglas del mundo y la confusión de quien de golpe pierde su propósito (tras extraviarse junto a Woody).

Luego de ser introducido en Toy story 4, esa figura protagonizó su propia serie para la plataforma Disney+, Forky pregunta, donde lanzaba diferentes interrogantes en capítulos breves y ágiles. Uno de ellos –enfocado en el amor– le dio el primer Emmy de su historia a Pixar. Allí el estudio tiene a un buen personaje para seguir explotando, pero aún está por verse cómo lo logra acomodar en la quinta entrega tras el drástico final de la cuarta.

*¿Por qué no Lightyear 2?

Pixar se ganó algunas de las críticas más tibias de su historia cuando el año pasado estrenó Lightyear. La película presentó la misión espacial de Buzz Lightyear (con voz de Chris Evans), un personaje que no es el juguete de las cintas originales, sino que uno diferente (la película como tal existe dentro del universo de Toy story).

Debido a la confusión que generó el concepto y a que el filme simplemente no convenció a buena parte de quienes acudieron a verla, pareció arrojar una conclusión clara: el público está interesado en nuevas secuelas de la franquicia, pero no le importan los derivados, menos si entran a explotar ideas demasiado rebuscadas. Los US$ 226,4 millones que acumuló en la taquilla mundial sepultaron cualquier opción de una continuación de Lightyear.

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