Pablito Pesadilla: “Había prejuicio porque soy de Puente Alto y hablaba como de población, pero lo cambié”

Pablito Pesadilla Foto: Juan Farias / La Tercera

Tocó con Paloma Mami, abrió los shows de Bad Bunny en Chile y se prepara para debutar con show propio en Lollapalooza 2023. El DJ clave de la música urbana chilena cuenta su camino de ascenso en noches de discotecas, forjado desde la periferia.


“Oye, Rosalía está bailando tu tema en un live”, le avisaron al DJ Pablito Pesadilla (28) la tarde del pasado 28 de enero. A tono con los tiempos, sucedió que en las redes sociales se viralizó un video en que la cantante barcelonesa se maquilla y baila, mientras suena de fondo la canción Baby Otaku, un hit urbano criollo, firmado por Polimá Westcoast, NickoOG Clk, Fran C y el mencionado artista. El cruce sorprendió e hizo recordar el momento en que otra estrella mundial, Dua Lipa, movió las caderas al ritmo de Ultra Solo.

“No me acuerdo que estaba haciendo, pero no estaba metido en las redes -recuerda Pablito Pesadilla-. Me metí y justo Rosalía había terminado el live, pero la gente me empezó a mandar el video. Fue muy bacán”.

Aquel tema lanzado en 2022, resume el espíritu de colaboración que se da entre un grupo de artistas que se ha hecho notar en la música popular chilena. “Polimá ya tenía hecho el tema con Fran C, que es uno de los beatmakers -detalla Pablito Pesadilla-. Estábamos en España en una gira a la que fuimos varios chilenos, Pablo Chill-E, Harry Nach, etc. El Poli me mostró la canción, pero me dijo que no podía sacarla por su canal porque ya tenía copada la agenda de lanzamientos. Le dije ‘pásamela, monto a otro artista y mezclamos’. Fue un fenómeno, sobre todo en TikTok”.

En el escenario no canta ni baila, pero el nombre de Pablito Pesadilla (el alias de Pablo Garrido Pacheco) se ha vuelto uno de los imprescindibles del fenómeno urbano. Es un DJ que mezcla música que va de reggaetón a trap, con el pulso trepidante de discoteca. Su imagen característica, con gorro (“lo uso como desde los 10 años”, dice) y ropa de marca, tiene que ver con su interés de hacer de los DJ un artista por sí mismo, a la manera de nombres internacionales como Skrillex y Diplo. “Yo quería ser como ellos, decía, pucha ¿por qué un DJ urbano no puede ser un artista? ahí me enfoqué”.

Pablito Pesadilla Foto: Juan Farias / La Tercera

Y lo consiguió en una década de carrera, que suma varios hitos; fue DJ de Paloma Mami, abrió para Bad Bunny en sus dos visitas a Chile (aunque no pudo conocerlo), así como para Wisin & Yandel. El año pasado se presentó en el bloque de apertura de la Teletón, junto a Polimá Westcoast y Pailita. La temporada la cerró con el anuncio de su incorporación al cartel de Lollapalooza Chile 2023 y una nominación a los premios Lo nuestro, que premia a lo mejor de la música latina, en la categoría DJ del año. No la tiene fácil, porque compite contra estrellas como Bizarrap (el mismo que acompañó a Shakira en su memorable sesión) y Dímelo Flow. “Me lo tomo con mucha calma, mucha humildad. Es fácil cegarse, pero tengo un equipo que está ahí y también mi familia”, dice.

De las discos a Lollapalooza

La identidad de Pablito Pesadilla es anterior a los beats y las noches de discotecas; es la suma de varias pequeñas historias. El gusto de su madre por la Radio Pudahuel, y el programa de Pablo Aguilera, puso el nombre de pila. “Mi hermano cuenta que cuando apagaban la radio, yo pateaba, pateaba y pateaba hasta que ponían de vuelta a Pablo Aguilera”, detalla. En tanto el “pesadilla” viene de los días en que su hermano lo llevaba al Estadio Monumental para ver a Colo Colo, como parte del piño “Los pesadilla”, de Puente Alto. “En el colegio, para diferenciarme de otro Pablo que había en el curso, me decían el Pesadilla, entonces ahí salió. Viene como desde los 10 años y nunca más me lo cambié, era mi nombre en Fotolog, Messenger, Facebook, como DJ, como todo”.

El interés por la música vino después. “Sabía que no tenía el talento para cantar, pero ahí conocí a un amigo que era DJ y me empecé a meter en ese mundo”. Tras terminar la enseñanza media en un 2x1, trabajó en construcción junto a su padre, contratista. “Ahí me hacía mis luquitas -recuerda-. Un amigo, el Richard, me prestó su tarjeta de crédito para comprar mi primera máquina y se la iba pagando de a poco. Yo empecé con un computador que no tenía ni teclado, tenía que ponerle uno externo”.

Los primeros años fueron duros. La oposición de su familia a su interés por dedicarse a la música y la falta de oportunidades afectaron al joven DJ. “Yo pasé por mucha depresión y mucha frustración, porque golpeaba puertas y nadie me las abría. Además mi mamá quería que yo estudiara y yo dejé de hacerlo solo para dedicarme a esto. Me decía ‘¿está seguro que quiere hacer esto, hijo?’ súper entendible, estaba preocupada”.

Pablito Pesadilla Foto: Juan Farias / La Tercera

Hasta que la persistencia pagó. “Tenía una amiga que hacía carretes en su casa todos los fines de semana. Yo iba a tocar ahí y llegaba gente que organizaba fiestas en colegios, en las discos, parcelazos, etc. Ahí me conocían, me pedían el número, y de a poco empezaron a salir eventos. Esas fiestas me ayudaron mucho a salir de la depresión”.

Esos primeros eventos foguearon al DJ. Una noche llegó a trabajar a una discoteca y notó que en el público solo había cinco personas. “Era un cumpleaños. Más encima llegaron súper temprano, como a las 11.30. Eran solo ellos, más los de la barra, los guardias y el dueño de la disco. Cuando es poca gente, es mucho más difícil, creo yo. Entonces dije, ya, no puedo aburrirlos. Los tuve bailando sin parar hasta las 4.30 de la mañana, cuando se fueron. Me quedé tocando un poco más, hasta que se me acerca el dueño y me dice ‘oye, ¿te puedes quedar tocando como hasta las 6? nos gustó como tocaste y ahora vamos a carretear nosotros’”.

“En esa época, a los DJ se les pagaba poco -recuerda-. Yo partí cobrando 20 lucas y esa misma plata la usaba en el taxi para irme bien para la casa, con mis equipos”. Hoy, en una discoteca promedio, un DJ puede ganar entre 100 y 150 mil pesos por noche, trabajando de jueves a sábado.

Además, hubo que sortear otros obstáculos. Pablito Pesadilla fue padre a los 17 años, lo que sumado a la reticencia de su familia a su trabajo y los peligros de la noche, le hicieron tomar conciencia muy temprano. “Fue complejo, pero siempre tuve claro que esto es lo que quería hacer. Nunca dudé, siempre me enfoqué. Llevo años sin dormir, pero creo que todo valió la pena”. Años después, cuando su familia lo vio tocar por primera vez para un evento de la Teletón, comprendieron todo. “Mi mamá me dijo: ‘hijo, discúlpame por no haberte apoyado antes, me encantó lo que haces y de ahora en adelante te voy a apoyar en todo”.

Pablito Pesadilla - La cuarta urbano
Pablito Pesadilla fue el DJ de Paloma Mami en su recordado debut en Lollapalooza 2019

Y por cierto, hubo que salvar los prejuicios. “Me costó entrar en el sector oriente porque me decían que mi nombre era muy flaite y no me llevaban solo por eso. Pero cuando ya empecé a salir en eventos grandes, en la tele, ahí me trajeron. Había un estigma porque vengo de Puente Alto, y hablaba como de población. Entonces entendí que si quería llegar a otros niveles, tenía que cambiar mi forma de expresarme y comunicarme, que se entendieran las ideas”.

Un hito fue su participación en Lollapalooza 2019 como DJ de Paloma Mami. “Cuando llegó a Chile, ella salía a carretear en discotecas donde yo estaba tocando. Le gustaba los temas que ponía, harto reguetón bien pesado. Entonces Sofía, su hermana, me pidió mi número. Luego la Paloma fue a Rojo, sacó su tema Not Steady y despegó. Hizo algunos shows sin DJ y un día me llamó la Sofía para que fuera a su casa para conversar. Me explicaron que querían tener un DJ porque los que habían probado no les gustaron. Ahí nació el Don’t talk about me, porque ella lo tenía grabado con una pista de internet. Yo le puse los arreglos finales, le puse un quiebre, un reguetón al final pensando en los shows, pero a ella le gustó tanto que lo dejó en el tema”.

Todavía recuerda esa caótica presentación en la explanada del Parque O’Higgins, cuando Paloma Mami era un fenómeno en ascenso. “Fue una locura. Vi gente subiéndose a los árboles para ver el show y a cada rato veía gente que salía desmayada, una y otra y otra”. Ese fue el antecedente para su próxima presentación en Lollapalooza y una agenda volcada sobre todo a consolidar su nombre a nivel internacional. “Lo de los Premios Lo Nuestro me va a abrir puertas afuera, imagínate si lo gano. Ya fui a España a un festival grande, tengo que ir a Miami para los premios, pero ya hay plan para ir a Argentina, Puerto Rico, Colombia y se vienen más colaboraciones”.

El interés por Pablito Pesadilla permitió que fuera considerado para la serie Urbanos, de TVN, que perfiló a varias figuras del género en la intimidad. “La gente pudo conocer que me gusta la ropa, la cantidad de zapatillas que tengo, de que tengo un hijo, de que mi mamá es mi fan número uno, hartas cosas que no las muestro en redes sociales porque las ocupo más para trabajar”.

¿Cómo se toma tu hijo el tener un papá famoso, con esa exposición?

Es que mi hijo tiene TEA, entonces como que está en su mundo. Igual de repente me escribe y pide si le puedo mandar un saludo a un compañero. Pero yo me lo tomo bien, de hecho, fui a tocar a su colegio. Fue un cambio para él, porque pasó de ser un niño como cualquier otro del colegio, a ser el niño popular. Pero como está en su mundo no cacha mucho.

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