El paso de Nadal a la final de Roland Garros, hoy queda en segundo plano. La atención se la lleva la dolorosa lesión que sufrió Alexander Zverev en el partido ante el español, cuando estaban disputando el 5-6 del segundo set. El número tres del mundo llegó exigido a una pelota y se dobló de manera grave su tobillo derecho. Dejó la cancha en silla de ruedas y gritando del dolor.

6-5, 30-40. Un punto clave que iba a definir si Nadal lograba forzar el tiebreak del segundo set o si Zverev iba a tener otra chance de quebrarle e igualar los sets a favor de cada uno. En medio del paleteo, el español tiró un golpe abierto con su derecha al que Alexander llegó exigido. Fue en ese intento de devolver la pelota, que su pie derecho se trabó con el polvo de ladrillo y sufrió una fea torcedura.

El alemán inmediatamente se tiró al piso y gritó del dolor. La imagen fue impactante y dejó a todo el público en silencio. Los médicos rápidamente entraron a la cancha y trataron de controlar la situación, pero el dolor ya era insoportable. Dejó la pista en silla de ruedas para recibir atención médica en los camerinos.

Y tras unos minutos lo que todos esperaban, se confirmó. El tenista germano optó por restarse del encuentro debido al dolor. Aguantar el desarrollo de al menos otro set era imposible. Se despidió del español con un fuerte abrazo y en muletas abandonó la cancha de la Philippe Chatrier.

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