El coronavirus tiene bajo presión a la economía mundial en su conjunto y una de las más complicadas en este momento, por el desarrollo de la pandemia, es la latinoamericana. Se establecen cuarentenas, deteniendo la actividad, mientras las necesidades de financiamiento crecen por efecto de la misma crisis sanitaria, por lo que la varios en el vecindario han tenido que salir a buscar fondos a los mercados, quienes los han recibido con bastante interés, pese al incierto panorama económico.
Entre abril y junio siete países de la región hicieron 14 emisiones de deuda por más de US$20.000 millones, de acuerdo con el recuento de la consultora Estudio Broda, con sede en uno de los países que justamente tiene cerrada esa alternativa, Argentina. Mientras ellos lidian con la reestructuración de una pesada deuda adquirida mucho antes de la pandemia, sus vecinos consiguieron una demanda que superó con creces la emisión, al totalizar US$106.440 millones, con tasas promedio de 3,86%.
“El éxito de muchos países de la región en aprovechar los mercados de deuda externa en términos favorables a pesar de la agitación mundial, que ha ayudado a satisfacer las crecientes necesidades de endeudamiento derivadas de Covid-19, refleja políticas mejoradas”, señala el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF su sigla en inglés), en un reporte publicado este mes.
El organismo hace referencia, puntualmente, a que en los últimos años, varios países latinoamericanos han intentado reforzar “los marcos de política basados en cuatro pilares clave: i) regímenes creíbles de metas de inflación (TI), que han evolucionado continuamente; ii) esquemas fiscales basados en reglas; iii) amplios amortiguadores de liquidez externos; y iv) mejor gestión de responsabilidad”.
Resultado por país
Entre los siete que salieron en búsqueda de fondos, Chile fue el que se quedó con la tasa más baja, de 2,45%, la que además equivale a 180 puntos base por encima de la tasa de referencia, lo que hasta cuando se llevó a cabo la operación, a principios de mayo, correspondía al diferencial más bajo entre economías emergentes que se habían endeudado en el marco de la emergencia por coronavirus.
Chile emitió US$2.000 millones y consiguió una demanda “histórica”, según describió en ese momento el Ministerio de Hacienda, de US$ 8.240 millones. A nuestro país, le siguió por tasa Perú, con 3,55%, el cual consiguió una impresionante demanda de US$25.000 millones, habiendo emitido bonos por solo US$1.000 millones de los que se sacaron a nivel nacional.
El que consiguió la peor tasa para sus bonos soberanos fue México, justamente el que más se endeudó en este período. La segunda economía regional emitió US$6.000 millones y la respuesta del mercado fue una demanda de US$28.500 millones, con una tasa de 5,06%.
De esta manera, todos los países están viendo aumentos en la deuda pública de aquí a por lo menos el 2024, de acuerdo con las estimaciones del mercado, compiladas en la última entrega del LatinFocus Consensus Forecast. El que no sigue esa tendencia es justamente el país que no se pudo sumar al baile. Argentina vería una reducción desde 91,2% como parte del PIB entre los años 2019 y 2021 a una de 83,5% para el período 2022-2024, cuando el más endeudado del barrio será Brasil con 93,3%.