La ausencia de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) en los actos del gobierno, sobre todo los referentes al mercado laboral, han hecho evidente el distanciamiento entre ambas partes, y el anuncio sobre flexibilización de la jornada laboral no queda exento de estas diferencias.
Tras el anuncio realizado el jueves, la directiva de la multisindical realizó una declaración pública rechazando de manera categórica la propuesta que el gobierno ingresará al Congreso durante la segunda quincena de mayo.
La presidenta de la CUT, Bárbara Figueroa, señaló que "este proyecto de ley es engañoso, porque convoca desde un título con el que nadie puede estar en contra. Estamos disponibles y llanos para discutir sobre mayores tiempos de descanso de los trabajadores, sin embargo, lo cierto es que (el proyecto) no entrega ni un minuto más de descanso, por lo tanto, malamente podemos decir que es un proyecto que libera jornada laboral para entregarle a la familia".
Frente a la propuesta de adecuar la jornada a 4 días trabajados y 3 de descanso, Figueroa sostuvo que "lo que hace el proyecto es ajustar las jornadas, agotar y desgastar a los trabajadores sobre las 12 y hasta las 16 horas de trabajo en 4 días, para que con ese nivel de trabajo una familia 'pueda decir que descansa' otros 3".
En este sentido, la líder de la CUT indicó que la gran preocupación "es que en esta crisis de empleabilidad se produce un chantaje, al decirle al trabajador que con tal de mantener empleo, entonces debe aceptar cualquier condición laboral".
Por lo mismo, Figueroa llamó a los parlamentarios a rechazar esta iniciativa que, según la central, precariza las jornadas laborales.
La respuesta a la CUT vino de la mano del ministro de Hacienda, Felipe Larraín, quien señaló que "estamos absolutamente convencidos que no hay precarización alguna, lo que hay es darle más oportunidades a los trabajadores. No se puede tratar de esa manera esa reforma que, primero, hay que discutirla".