El departamento de Comercio de Estados Unidos ha anunciado este martes un endurecimiento adicional de los controles a la exportación de microchips de alta tecnología que los fabricantes pueden vende a China.


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Según la responsable de la cartera de Comercio, Gina Raimondo, el objetivo del refuerzo de los controles sería dificultar el acceso de China a chips que podrían ser clave para avances en el campo de la inteligencia artificial (IA) y la computación. Las mejoras en estos sectores podrían ser aprovechadas para incrementar las capacidades tecnológicas del Ejército chino.

“A menudo hay tecnologías de doble uso y las mismas tecnologías que sustentan los intercambios comerciales, por desgracia, a veces también pueden permitir a nuestros competidores modernizar su ejército, espiar a sus ciudadanos y consolidar su opresión”, ha explicado Raimondo.

Así, se han reforzado las normas impuestas en octubre del 2022 para evitar que las empresas puedan sortear las medidas de forma indirecta.

Tras la entrada en vigor de estas restricciones, Nvidia lanzó el año pasado nuevas versiones de sus procesadores de alta tecnología H100 y A100 específicamente diseñados para su comercialización en China y que contaban con un rendimiento menor que se ajustaba a los requisitos entonces impuestos.

Los componentes y procesadores fabricados por Nvidia, AMD o Intel se han vuelto indispensables para las empresas tecnológicas que trabajan con IA, gobiernos y ‘start-ups’, por lo que las nuevas limitaciones estadounidenses sobre los procesadores A800 y H800 (Nvidia) o el chip Gaudi2 (Intel) han afectado a la cotización en bolsa de las mismas.

En el caso de Nvidia, cuya facturación en el ‘gigante asiático’ supone el 25% del total, ha visto sus acciones ceder este martes después del mediodía en el Nasdaq más de un 3%, mientras que AMD e Intel han hecho lo propio con caídas cercanas al 0,5% y el 1%, respectivamente.

Nuevas normas

La primera ronda de restricciones se centraba en la potencia y la velocidad a la que los chips se comunicaban con otros. Ahora, estos parámetros se sustituirán por la “densidad del rendimiento”, lo que impedirá que las firmas puedan encontrar soluciones alternativas.

De esta forma, los chips con velocidad de entre 150 y 300 teraflops no podrán ser exportados si su densidad excede los 370 gigaflops por milímetro cuadrado. Aquellos chips que operen a tales velocidades, aunque con un rendimiento inferior, estarán en una “zona gris”, por lo que las empresas podrán venderlos a China, pero deberán notificar la transacción al Gobierno estadounidense.

De su lado, los chips para electrodomésticos, como los destinados a teléfonos inteligentes o el ‘gaming’ quedarán exentos de estas reglas, pero deberán comunicar la exportación de chips de más de 300 teraflops.

Además, según recoge el ‘Financial Times’, un funcionario del Departamento de Comercio ha comunicado que dos firmas chinas serán añadidas a una lista negra que dificultará su acceso a tecnología norteamericana por estar involucradas en el diseño de chips que, supuestamente, lesionan la seguridad nacional de la primera potencia mundial.


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