En los últimos cinco años, Chile ha recibido el mayor shock migratorio en su historia. Así, el país que a fines de 2014 tenía una población extranjera que rozaba las 490 mil personas aproximadamente, en 2018 pasó a tener más de un millón 250 mil, según datos de INE y el Departamento de Extranjería. Sin embargo, la pregunta que cabe dentro de este escenario es: ¿Cómo se ha integrado este alto flujo de migrantes al país y, a su vez, cómo han impactado a la economía local?

Esa es precisamente la interrogante que analiza el informe "Desafíos y Propuestas para la Inclusión Socio-Laboral de Personas Migrantes en Chile", elaborado por el Servicio Jesuita a Migrantes (SJM), en colaboración con el Centro de Ética y Reflexión Fernando Vives. En concreto, la radiografía de este estudio replica el mensaje del Banco Central respecto del impacto positivo que significa la inserción extranjera.

El mensaje central del estudio tiene relación con la contribución y el rol dinámico que confiere la llegada de migrantes al territorio nacional. En este sentido, concluye que "las personas extranjeras trabajan y cotizan más que las nativas, por ende, contribuye al crecimiento del país y los convierte en agentes activos de la economía". De hecho, utilizando datos del Censo de 2017 y de acuerdo con la Comisión Nacional de Productividad, el informe muestra que la participación laboral en personas migrantes mayores de 15 años es de un 74%, mientras que de los nacidos en Chile es 57%.

Si bien la población migrante aventaja por 13 puntos porcentuales por sobre la nativa, la participación laboral extranjera al igual que la chilena no es homogénea. Por país de origen, los nacidos en Venezuela encabezan la lista con una participación del 78%, seguido de las personas provenientes de Perú con 75%, Colombia con 73% y le siguen Haití y Bolivia con 72% y 70%, respectivamente.

El estudio también muestra que con 44,5 horas trabajadas por semana, los extranjeros laboran en promedio más que los chilenos. Dentro de este ítem, con 47,41 horas, son los venezolanos los que más trabajan a la semana, le siguen los bolivianos con 45,28 horas semanales y los haitianos con 44,23 horas semanales.

El informe indica que, para septiembre de 2018 el 7,3% (777.557) de los afiliados activos al sistema previsional y de salud era de origen extranjero, dentro de los cuales, la mayoría son de origen peruano con el 28% (217.634) de participación, le siguen los venezolanos con 15,4% (119.991) y colombianos con 13,9% (107.924). Según el informe, estas cifras reflejan que "los migrantes efectivamente se convierten en activos en el país receptor". Sin embargo, cabe destacar que, a diferencia de la población nativa, tanto los migrantes asalariados como los por cuenta propia están obligados a cotizar para el sistema previsional y de salud, aunque su estancia en Chile sea transitoria. Esto, porque las cotizaciones para ambos sistemas, son requisitos para permanecer en estado legal en el país.