Luego de que a inicios de semana China sorprendiera al mundo y desatara temor en los inversionistas por una fuerte depreciación de su moneda, ayer el Banco central de ese país permitió una depreciación mayor.
De esta forma, la entidad fijó el yuan en menos de 7 por dólar por primera vez desde 2008.
La fijación fue más fuerte de lo esperado, con analistas proyectando una tasa de 7.0156, según el promedio de pronósticos de 21 operadores y analistas en una encuesta de Bloomberg.
Antes, la jornada comenzó con los tableros en rojo y el rendimiento del bono del Tesoro a 10 años por debajo del 1,6%, mientras que el de 30 años rozaba mínimos históricos.
Con el oro en nuevos máximos desde 2013, al anotar un alza de 2%, la aversión al riesgo volvía a instalarse entre los inversionistas, aunque en algo se apaciguaron al final del día cuando Wall Street borró los descensos de la sesión, cerrando prácticamente plano.
La ambivalencia se da en un marco donde los actores del mercado intentan sopesar los riesgos de los que alertan los bancos centrales y las políticas que estos mismos despliegan para contenerlos.
Argumentos para el recorte
Los tres entes rectores que relajaron su política ayer (Nueva Zelandia, Tailandia e India) apuntaron a las tensiones comerciales, entre China y Estados Unidos, y su efecto en la actividad global como una de las razones que favorecieron la determinación de un recorte de tasas.
"La mayor incertidumbre y la disminución del comercio internacional han contribuido a un menor crecimiento de los socios comerciales", indicó Adrian Orr, presidente del Banco de Reserva de Nueva Zelandia, que sorprendió al mercado con un recorte de 50 pb, el segundo que aplica en el año.
La rebaja en Tailandia fue de 25pb. En este caso Veerathai Santiprabhob, líder de la entidad, señaló que "las exportaciones de mercancías se contrajeron más que lo evaluado anterior, debido a la desaceleración de las economías de socios comerciales y del comercio mundial".
El trío lo completa India, donde con la rebaja de 25 pb de hoy, acumula una reducción de 1 punto porcentual, hasta quedar en 5,4%. "El Comité de Política Monetaria señaló que la actividad económica mundial se ha desacelerado desde la reunión en junio, en un ambiente hostil", precisó Shaktikanta Das, gobernador del Banco de Reserva de India.
Por su parte, Donald Trump ignoró los argumentos que esgrimieron los diferentes entes rectores, quedándose únicamente con el recorte, para insistir en sus críticas a la Reserva Federal.
"Nuestro problema no es China (...) Nuestro problema es un Reserva Federal que está muy orgullosa de admitir su error de actuar demasiado rápido y apretar demasiado", indicó en twitter el mandatario estadounidense.
Futuro de la guerra comercial
Pese a la negación de Trump sobre el efecto del conflicto que lo enfrenta con China, lo cierto es que este es el factor que está generando más incertidumbre, tanto en el mercado como entre los bancos centrales.
En ese marco, Bank of America vislumbra tres desenlaces posibles. El primero de ellos, y hasta hace poco el más probable, era el de "un impasse prolongado", donde no habría una resolución definitiva, pero tampoco una escalada en función de la presión electoral que empezará a pesar sobre los hombros de Trump.
Aunque no se descarta, esta opción ha perdido fuerza y ha crecido el temor en los mercados a "una guerra comercial completa", en la que las dos principales economías mundiales escalen el conflicto en un "ojo por ojo". Finalmente, está la alternativa de una "trato inminente", marco donde no entrarían en vigencia los aranceles a China el 1 de septiembre, en favor del diálogo. Para BofA este escenario es cada vez menos probable.
Nueva arremetida de la Casa Blanca contra Huawei
La agencia estadounidense responsable de los contratos del gobierno emitió el miércoles una norma provisional para prohibir las compras federales de equipos de telecomunicaciones a cinco empresas chinas, incluida Huawei.
La prohibición es parte de una amplia arremetida estadounidense contra el mayor fabricante de equipos de redes de telecomunicaciones del mundo, a la cual Washington acusa de espionaje y robo de propiedad intelectual.
La prohibición se incluyó en la Ley de Autorización de Defensa Nacional, aprobada el año pasado, y restringe el uso de dinero federal para comprar equipos de compañías de telecomunicaciones "cubiertas", citando preocupaciones de seguridad nacional. Huawei dijo en un comunicado que "continúa desafiando la constitucionalidad de la prohibición en la corte federal".