El crecimiento de Chile terminará siendo en 2021 muy superior al proyectado a principios de año. Las cifras macroeconómicas muestran que el Producto Interno Bruto (PIB) se expandirá en el actual ejercicio en torno a 11% o incluso más.

Como reflejo de aquello, las cifras de quiebras de empresas y personas siguen su trayectoria a la baja, la cual se ha mantenido prácticamente durante todo el año.

Así, de acuerdo a los registros de la Superintendencia de Insolvencia y Reemprendimiento, entre enero y noviembre las liquidaciones de empresas suman 1.380, frente a las 1.611 anotadas en el mismo periodo de 2020, lo que se traduce en una caída de 14%. Asimismo, de los 11 meses del año ya transcurridos, sólo en tres hubo incrementos en las solicitudes al comparar con lo sucedido el año pasado: enero, con un alza de 5,3%; marzo, con un incremento de 32,6%, y abril, con una expansión de 13,4%.

En términos mensuales, noviembre anotó un nuevo récord: en el mes sólo hubo 94 solicitudes para iniciar el proceso de liquidación, siendo el menor en más de tres años (septiembre de 2018), lo que a su vez constituye una caída de 22% en comparación con el mismo mes de 2020.

La situación de insolvencia de las personas deudoras también presenta un mejor pasar: en noviembre hubo 222 casos, lo que se representa una baja de 43,3% en doce meses. Entre enero y noviembre, en tanto, se acumulan 3.338, frente a los 4.710 registrados en 2020.

Detrás de esta positiva tendencia está el crecimiento que ha mostrado la economía, pero además los expertos mencionan que la mayor liquidez, debido a los retiros de los fondos de pensiones y las ayudas estatales como el Ingreso Familiar de Emergencia y los créditos para las empresas a través de Fogape, han permitido que las liquidaciones tanto de empresas como de personas deudoras, al contrario de lo que se pensó en un comienzo de la crisis, en lugar de acelerarse, disminuyeran fuertemente.

Desde el gobierno el ministro de Economía, Lucas Palacios, argumenta que “el principal factor es la efectividad que ha tenido en la economía el paquete de medidas que como gobierno hemos dispuesto para evitar que las empresas y las personas pasen de un estado de iliquidez a uno de insolvencia”. En ese sentido, el secretario de Estado destaca medidas como el bono de 1 millón de pesos para micro y pequeñas empresas del país, el bono adicional variable, los créditos mipyme, la postergación de pago de patentes y contribuciones, el fortalecimiento del Fogape y la entrega de créditos con garantías estatales, entre otras ayudas.

Para el caso de las personas naturales, Palacios sostiene que los apoyos como el IFE Universal y el IFE Laboral, “el cual se extenderá hasta marzo del 2022 para favorecer el empleo formal”, han permitido sortear con éxito esta compleja etapa.

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La visión de los expertos

Diego Messen, socio de Moraga & CIA, estima que, “probablemente, el decrecimiento de las liquidaciones se debe a que las actividades económicas que estuvieron suspendidas durante la pandemia hoy pueden operar normalmente, vislumbrando una recuperación financiera que deja atrás un estado de insolvencia”.

Mientras que Pedro Eguiguren, socio de Eguiguren Abogados, argumenta que sigue “existiendo mucho dinero circulando y que si bien el pago de los bonos IFE llega a su fin en diciembre, existe otro tipo de ayuda, como bonos laborales, para incentivar el empleo”. Asimismo, menciona que “muchas personas que hicieron uso a su derecho a retiros de las AFP, no lo han gastado, permitiendo cubrir obligaciones y gastos de sus respectivas pymes, con el fin de no caer en una insolvencia irreversible”.

No obstante, Eguiguren advierte respecto a las solicitudes de liquidación de persona naturales, que si bien experimentan una disminución respecto a noviembre de 2020, muestran un leve aumento respecto a octubre de 2021, “lo que podría interpretarse como que la curva empezaría a subir en diciembre y el 2022″.

Y desde el punto de vista macroeconómico, Tomás Flores, de Libertad y Desarrollo, comenta que “las transferencias fiscales y los retiros de fondos previsionales han permitido reducir la morosidad y, con ello, la necesidad de iniciar un proceso de reorganización de deudas o liquidación de activos”.

Para el próximo año, los expertos coinciden en que la evolución de las solicitudes de quiebras es incierta, ya que dependerá de cómo siga la pandemia, pero además el crecimiento proyectado apunta a una desaceleración pronunciada, principalmente hacia el segundo semestre, lo que podría impactar en la liquidez de las firmas.