La industria salmonera llegó a los peaks de producción hace unos cinco años, entre el 2017 y el 2018, manteniéndose en 900 mil toneladas anuales, consolidándose como la segunda productora a nivel mundial, superada sólo por Noruega.

Junto con este crecimiento también partieron los problemas: los robos. Entre 2022 y 2023 estos hechos experimentaron un alza considerable, los que desde 2019 a la fecha implican cerca de US$ 22 millones -según cálculos de SalmonChile-, aunque la cifra podría ser mayor considerando que hay ciertos robos que no se denuncian. De hecho, en la industria circula que este problema podría estar en torno a los US$ 70 millones.

Desde SalmonChile -gremio que agrupa a productores y proveedores de la industria-, señalan que ven con creciente preocupación cómo ha seguido aumentando el fenómeno delictual. Explican que este delito se comete en distintas etapas del proceso de producción, pero estos últimos años ha tenido un gran incremento y visibilidad en el transporte terrestre de producto terminado que se exporta principalmente por los puertos de Biobío y Aeropuerto Arturo Merino Benítez. Pero también hay ilícitos en las regiones del Maule y Los Lagos, en Aysén y Magallanes.

Según el Consejo del Salmón -que agrupa a Aquachile, Australis Seafoods, Cermaq, Salmones Aysén y Mowi Chile-, las toneladas robadas han crecido un 47% en estos últimos dos años y de un 100% en términos de valor, pero no dieron las cifras en dólares. Esto va asociado a que los productos sustraídos tienen un mayor valor agregado, de ahí el salto en el crecimiento de los montos respecto al tonelaje.

Las estadísticas delictuales dan antecedentes de la problemática. Desde el 2019 se reportan 160 denuncias por robos de carga y por robos en centros de cultivo, plantas de proceso y otros, de las empresas asociadas a SalmonChile. Dichas denuncias han sido presentadas por empresas representadas por la Oficina Anti Robo de la asociación gremial, la cual fue creada el año 2011 para enfrentar estos hechos.

La historia de los robos

Los robos afectan toda la cadena, desde el transporte a los centros de producción, por lo cual el espacio de afectación es bastante amplio. Según información de SalmonChile respecto a sus asociados, desde 2018 a la fecha, de los 160 robos que han sufrido, 139 han sido en el transporte de salmones, 19 en centros de cultivos y uno en plantas de procesos.

El problema también es extenso en el espectro geográfico. En los últimos dos años hay presencia de ilícitos desde la Región del Maule al sur, por lo cual es un fenómeno que se ha expandido afectando a toda la zona centro-sur.

“Vemos que este fenómeno se puede parecer a la evolución del robo de madera que requirió de una ley especial cuando ya estaba bajo control de bandas criminales. Además de la violencia de las bandas por el secuestro y ataque a choferes, vemos otras aristas preocupantes a tener en consideración, tales como el riesgo para la salud de las personas por comercialización de salmones en procesamiento de mortalidad, pérdida de cadena de frío (entre otros casos), además de la utilización de la documentación para traslado de salmones para el “blanqueo” de pesca ilegal y recursos hidrobiológicos, y pesca furtiva, entre otros”, aseveran desde SalmonChile.

Los productos sustraídos se venden en mercados informales a nivel nacional, pero la industria no descarta que también haya una comercialización en el mercado negro internacional, como ocurre con el cobre. “Hoy no tenemos elementos que nos permitan establecer quiénes son y si existe una organización criminal en particular respecto a esto, lo hemos escuchado, pero no tenemos información concreta”, indican desde el Consejo del salmón.

Lo que sí han observado es que hay diversos mercados informales, en donde se puede ver la venta de salmón, sin embargo, establecer la trazabilidad de eso es muy difícil. Lo concreto es que hoy en Chile no existe salmón que pueda ser pescado libremente, porque todo el salmón que se produce es en centros de cultivo cerrados, que se cosecha y se exportan. Por tanto, lo que se vende en centros informales que no son abastecidos por la industria salmonera directamente, son especies robadas, dentro de las cuales no sólo hay salmón fresco, sino también salmones en procesamiento de mortalidad, lo cual ha generado que la industria levante una alerta sanitaria para que los consumidores se informen de la procedencia de los productos.

Investigaciones

Desde SalmonChile indican que las 160 denuncias por robos que han interpuesto han sido presentadas por empresas representadas por la Oficina Anti Robo de SalmonChile. Esta oficina mantiene comunicación con el Ministerio Público, las policías, la Armada y forma parte de una mesa de trabajo con la Subsecretaría del Interior.

“Actualmente tenemos 71 querellas vigentes, hemos logrado ya algunas condenas y que las policías desbaraten algunas bandas delictuales, de hecho, hay 4 bandas desarticuladas solo en 2023″, agregan desde el gremio.

A nivel de Ministerio Público, las denuncias están en manos de varias fiscalías regionales, las cuales han estado trabajando. Desde la industria señalan que sería un avance que toda la investigación se llevara adelante de manera coordinada, pero que también entienden que la entidad tiene recursos limitados ante múltiples demandas.

En la actualidad también se ha involucrado en el tema el Congreso con una Comisión Investigadora constituida en diciembre del año pasado y que tiene por misión recabar antecedentes sobre la comercialización de salmones de origen ilegal, las nulas condiciones sanitarias en que salen a la venta y su impacto en la industria y trabajo en la zona centro-sur del país. La mesa es presidida por el diputado Mauro González, quien además fue uno de los impulsores de esta iniciativa.

Desde el Consejo del Salmón están esperanzados en que la conjunción de fuerzas arroje resultados a corto plazo. Hasta ahora, la comisión está en la fase de levantamiento de información, para lo cual convocó a los gremios de la salmonicultura. Ya asistió SalmonChile, Consejo del Salmón y a los Salmonicultores de Magallanes.

Modus operandi

Respecto al modus operandi de estas bandas, desde la industria explican que hay todo tipo de acciones, desde la apertura del camión en algún lugar en que se encuentra detenido, al robo del camión mismo, hasta robo con intimidación en contra del conductor.

En los centros de cultivo, los robos se realizan a través de ataque a las jaulas, con la consiguiente apertura y captura de la biomasa en las mismas aguas. Si bien las empresas han incrementado la presencia de drones y mecanismos de vigilancia, muchos de los robos se producen en centros de producción que se encuentran en lugares alejados, de noche. Además, se hace imposible mantener drones en vuelo permanentemente.

SalmonChile enfatiza que es necesario aumentar la fiscalización en puntos de venta y mercados de destino. “Por ejemplo, Sernapesca ya no tiene atribuciones para fiscalizar la trazabilidad de los salmones. Antiguamente existía la “Visación de Origen” (que actualmente sí se le exige a la pesca), pero actualmente esa herramienta ya no está”, explican.

Por otra parte, indican que es necesario contar con mayor fiscalización por parte del SII y por parte de la autoridad de Salud, en materias de inocuidad y trazabilidad en puntos de venta final.

Otro de los temas que se han solicitado es la necesidad de contar con mayores recursos para la autoridad marítima, y contar con centros de descanso seguros en carreteras.