Incubus en Chile: alumnos malagradecidos

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La banda californiana deslumbró en su cuarto paso por nuestro país, pero el público dejó mucho que desear.


Lo de anoche en el Movistar Arena pintaba para algo épico. Incubus llegó por cuarta vez a nuestro país con un espectáculo muy bien pensado de principio a fin: con puntualidad, músicos que se lucen a lo largo de todo el show, cámaras aplicadas en los momentos precisos y un Brandon Boyd que, pese a los años, no deja de provocar y dominar a la masa, sin la necesidad de hablar.

Con un Movistar Arena a su máxima capacidad, la banda californiana llegó a presentar 8, su más reciente trabajo y que, a diferencia de sus shows en festivales durante la misma gira, se tomó gran parte de un setlist que pudo ser mejor.

"Love in time of surveillance" abrió los fuegos en un sobreexcitado recinto, con más gritos a la figura de Boyd que a la letra de la canción. "Warning", "Nimble bastard" y "Anna Molly" le siguieron y sirvieron para regular pequeños problemas de audio. De ahí en más, Incubus se transformó en una aplanadora. "Glitterbomb", "Megalomaniac" y "The warmth" marcaban el primer e intenso bloque del show.

Desde la segunda parte aparece el quiebre entre los dos públicos que goza Incubus. Por una parte, todos los fans de la obra del '95 al 2001 y los que vienen desde ahí hasta ahora. No por un tema de repertorio -de hecho, hay mucho de ambos lados- en el setlist, sino por el tono en que se desarrolla, con un sonido mucho más emotivo que la rudeza de sus primeros discos. Hits como "Wish you were here", "Pardon Me", "Sick sad little world", "Are you in?", "Nice to know you" y "Drive" son reflejo de ello. Y fue justo por eso que se extrañaron hits más melódicos de sus últimos trabajos. Tanto así, que de If not now, when? no tocaron nada.

Así, tras una hora y 40 minutos minutos, el show entraba en su fase final. Con la banda saliendo del escenario y el Movistar Arena iluminándose por los celulares. Bonito en ese momento, pero desagradable durante todo el espectáculo. "Aqueous Transmission", esa tremenda melodía de Biwa de Mike Einziger -que demostró la enorme calidad que posee con las cuerdas- cerró un show muy bien desarrollado. No obstante, no todo fue bueno y es ahí donde debemos detenernos un poco.

Qué triste es cuando un show lo arruina esa tropa de "tontitos" que no hacen otra cosa más que mantener sus celulares arriba. Ante un repleto Movistar Arena, Incubus dio una clase de lo que es montar un tremendo espectáculo, pero el público estuvo lejos de ser el mejor. No por no generar ambiente -de hecho, eso fue uno de los puntos altos- sino porque es imposible disfrutar algo de esa forma.

Cada vez que se anuncia un concierto, el reclamo por el precio de las entradas no se hace esperar. ¿Quieres pagar 40 mil pesos para ir a levantar tu celular y quedarte grabando, estorbando la vista del resto y creyendo que a alguien le interesará mirar tu registro? Está bien, tú decides en qué gastar el dinero. Pero no puede ser que este tipo de personas arruine el show al resto, que no puede ver nada y debe conformarse con mirar una pantalla en vez de a los artistas frente a ellos. Si lo que quieres es un recuerdo, compra algo afuera, saca un par de fotos, quizás graba un video, pero no un show completo.

Ojalá más músicos -como lo hizo Prince o Jack White alguna vez- prohíban el uso de celulares durante sus shows, porque con eso, ayer no hicieron más que daño a algo que pudo ser inolvidable para muchos. Incubus cumplió con su parte del trato y superó cualquier expectativa que se tuviera con un concierto impecable. Lástima que el público no.

Setlist:

Love in a time of surveillance

Warning

Nimble bastard

Anna molly

Glitterbomb

Megalomaniac

The warmth

Wish you were here (con cierre de canción de Pink Floyd del mismo nombre)

State of the art

Pardon me

Undefeated

Pantomine

Echo

Sick sad little world

Are you in?

Stellar

No fun

Make no sound in the digital forest

Nice to know you

Drive

Aqueous transmission

https://twitter.com/IncubusBand/status/912891675751657472

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