La escritora colombiana Melba Escobar lo hizo el lunes a través de un escrito que presentó a la cancillería de su país. Hasta esta semana, la autora de Cuando éramos felices pero no lo sabíamos (Seix Barral, 2020), uno de los nombres puntales de las letras colombianas sub 45, era una de las invitadas a la Feria del Libro de Madrid, que comienza este viernes en modo presencial, dado que el país caribeño es el contertulio de honor.

Pero Escobar decidió finalmente declinar la invitación. Su postura obedece a una reacción ante las palabras del embajador cafetalero en España, Luis Guillermo Plata el pasado miércoles 1 de septiembre. El funcionario a su vez, salió al paseo de las críticas que se le hicieron al gobierno a través de un artículo en el sitio W Magazin.com por no considerar a autores y autoras como Héctor Abad Faciolince, Laura Restrepo, Fernando Vallejo o William Ospina. Todos tienen algo en común: se han mostrado duramente críticos de la administración del Presidente Iván Duque y del manejo que tuvo durante los días más duros del estallido social colombiano, en mayo y junio pasados.

Plata aseguró que no conocía las razones de por qué los mencionados nombres no habían sido considerados. Pero, a renglón seguido aseguró: “Uno no quisiera que una feria literaria se convirtiera en una feria política. Ni para un lado ni para el otro (…). Se ha tratado de tener cosas neutras donde prime el lado literario de la obra”.

Esa palabra, “neutra”, fue la que hizo reaccionar a la caleña. “Las declaraciones del Embajador dan a entender que la selección de autores que asistirán a la Feria fue definida con base en afinidades políticas al Gobierno o, al menos, que se rechazó a quienes explícitamente han sido sus críticos”, escribió la autora en una columna posterior para El País, de España.

“Al saber que el Embajador se refirió de forma explícita a los autores invitados como ‘neutrales’, no pude sino declinar la invitación, pues estoy lejos de ser ‘neutral’ -añadió Escobar- ¿De dónde habrán podido sacar semejante conclusión? ¿Será porque mi más reciente libro de crónicas de viajes entre Colombia y Venezuela, es crítico del gobierno de Maduro? En realidad soy crítica del populismo rampante, descabellado y retórico, que cae en todos los excesos y los abusos en nuestro golpeado hemisferio”.

“La neutralidad no es un valor en la literatura”

Pero Escobar no fue la única. También lo hizo Juan Esteban Constaín, quien había sido invitado a la feria. Por medio de una declaración pública (”no neutral”) que colgó en su cuenta de Twitter, el autor de Gabo contesta (2015) señaló: “Creo que en la lista hay ausencias clamorosas e inaceptables y si son por razones políticas e ideológicas me parece una vergüenza y una tristeza porque la feria era una oportunidad magnifica para exaltar la variedad, la riqueza y la vitalidad de la literatura y la cultura colombianas”.

“Las declaraciones del embajador Luis Guillermo Plata fueron desafortunadas e irrespetuosas con quienes vamos o íbamos a estar en Madrid -agregó-. Supongo que no era su intención, tampoco me quiero sumar a un linchamiento, pero sugerir que quienes fuimos invitados a la feria lo fuimos por nuestra presunta ‘neutralidad’ es un desliz afrentoso, en el mejor de los casos, que hace nuestra presencia allí muy incómoda, casi insostenible”.

Constaín además se permitió una reflexión en torno a lo neutral en la literatura. “La neutralidad no es un valor en la literatura. Es más: la literatura es, por definición, la ausencia misma de toda neutralidad. Ya cada quien verá las implicaciones que eso tenga en su vida y en su obra; pero es así. Y segundo, porque sus palabras, sin duda ligeras y equivocadas, implican una idea que casi ningún escritor está dispuesto a aceptar, creo yo, y es que su suerte y su reconocimiento dependen de su adhesión o no a las acciones y al nombre de un gobierno cualquier gobierno-o a la ausencia en sus libros y sus palabras de toda dimensión política y crítica. Lo primero es grotesco, pero lo segundo es imposible, porque el solo hecho de escribir entraña ya una postura política radical e irrecusable. Negar eso es negar la literatura”, escribió Constaín.

Asimismo, relató que ya se encontraba en Europa presto a asistir. “Por mi parte digo que acepté de buena fe la invitación y que estoy desde hace dos meses en Europa visitando a mis hijas, viaje que pagué de mi bolsillo. Me apena dejar colgada de la brocha a gente con la que me comprometí a hablar en la feria y a presentarle sus libros, no los míos, pero si voy lo haré sin aceptar ni los honorarios ni el estipendio ni nada de lo que implica la invitación del gobierno colombiano”, señaló Constaín a través de una declaración escrita.

Por su lado, Margarita García Robayo, quien había sido invitada, también decidió restarse del evento. En su cuenta de Facebook señaló: “Querer vaciar de contenido político un evento cultural no solo es imposible, sino que es contradictorio porque esa pretensión es un gesto político muy fuerte en sí misma. No existen los eventos culturales ‘neutros’ ni los escritores ‘neutros’ ni las personas ‘neutras’. Todos tenemos una postura, una mirada sobre el mundo y sobre nuestra geografía que, por mucho que se intente disimular o esconder, termina saliendo a flote. Los eventos culturales existen más allá de quienes lo organizan”.

“Me uno a mis compañeros que ven en este gesto una muestra de exclusión y de falta de respeto hacia los escritores que sí fuimos convocados al implicar que no tenemos pensamiento político y que nuestras obras son ‘neutras’, es decir inocuas -añadió Robayo-. Me corrijo, yo pensaría que más que una falta de respeto (la respetabilidad no es necesariamente un valor al que aspire un escritor, en mi opinión) es una muestra de profundo desconocimiento frente a nuestro trabajo”.

Otro invitado que declinó asistir fue el poeta y narrador Tomás González: “Mi opinión es que dejar de invitar a Piedad Bonnett, Laura Restrepo, William Ospina, Héctor Abad, Pablo Montoya, Fernando Vallejo y Santiago Gamboa a la feria de Madrid es ni más ni menos que tratar de negar por razones políticas, y de una forma bastante estúpida, por cierto, la literatura colombiana actual. Que este gobierno corrupto y violento intente marginar a algunos escritores es claramente un honor para ellos y me alegra haber declinado la invitación que me hicieron”, señaló en declaraciones recogidas por W Magazin.

También se pronunció Pilar Quintana, Premio Alfaguara de novela 2020 por Los abismos, quien no fue invitada en la delegación oficial, pero sí estará firmando libros en el stand de su editorial, Alfaguara. “Yo decidí, por mis convicciones, que no quiero viajar por cuenta de este Gobierno que ha sido censurador de la libre expresión y que ha violado los derechos humanos durante las protestas. Así que si me hubieran invitado, desde la Cancillería, hubiera dicho que no”, señaló la caleña.

Ante el crecimiento de la bola de nieve, este martes el embajador Plata debió echar pie atrás y salió a disculparse por lo que declaró. “Me equivoqué. Desafortunadamente, el modo en que empleé mis palabras distorsionó el sentido último de lo que quería expresar. Ustedes, como profesionales de la palabra, saben bien que en algunas ocasiones escogemos las palabras de manera precipitada y aquello puede llevar a equívocos y malentendidos”, expresó a través de un comunicado.

“Reconozco y lamento que mi uso de la palabra neutro se haya prestado a interpretaciones contrarias a lo que era mi intención. Quise referirme a la imparcialidad a la hora de seleccionar a los autores para participar en la Feria del Libro”, añadió el diplomático.