La Crematogaster striatula produce una sustancia química tan potente, que bastan dos hormigas para aniquilar a una termita, que le dobla en tamaño, sin siquiera tocarla. El veneno es producido por la denominada glándula Dufour, que se encuentra cerca de los aguijones de estos insectos. La investigación, a cargo de la Universidad de Toulouse, en Francia, baraja la posibilidad de fabricar insecticidas a partir de la acción repelente del veneno.