“Voy a tener que esperar ocho años para ver a mi familia”: el dramático relato de los atletas cubanos que se quedaron en Chile

Yoao Illas es uno de los deportistas involucrados.
Yoao Illas es uno de los deportistas cubanos fugados. (Foto: Alejandro Pagni/Santiago 2023 vía Photosport)

Los deportistas revelan sus motivaciones y emociones en una actividad en la Universidad del Desarrollo. Ahí admiten lo difícil de la determinación.



El término de los Juegos Panamericanos coincidió, para un grupo de deportistas cubanos, con la determinación más dura que han debido adoptar en sus vidas: la de no volver con sus compañeros de delegación a la isla. Según el último reporte, que entregó la ministra Camila Vallejo, son 11. La situación, que generó la inmediata controversia, los puso inmediatamente en una categoría compleja: la de desertores. En ese escenario, arriesgan severas sanciones en su país, al que, de partida, ya no pueden regresar en un largo tiempo, aunque tampoco pretendan hacerlo.

Técnicamente, los atletas están haciendo uso del visado que recibieron para participar en Santiago 2023, que se extiende por 90 días. De hecho, han podido entrenar. Después de ese plazo, están supeditados a que se les otorgue la condición de refugiados, que tramitan con la asesoría especializada. En el intertanto, dan a conocer las motivaciones que los llevaron a quedarse. Las razones son variadas y, por cierto, dolorosas.

Larga espera

Cinco de los deportistas, tres de las seleccionadas de hockey de Cuba (Helen Carta, Yakira Guillén, Jennifer Martínez) un integrante de la escuadra masculina (Yurisan Socarrás) y un atleta (Yao Illas, bronce en los 400 metros vallas), participaron en una charla en la Universidad del Desarrollo, en el marco del ciclo Voces de la Democracia. La conversación fue moderada por Nicolás Monckeberg, académico de la Facultad de Derecho UDD. En el evento, los deportistas afirmaron que la decisión de desertar la adoptaron sin siquiera comunicársela a sus respectivas familias. El fenómeno no es nuevo: unos 600 competidores cubanos han seguido una acción similar en los últimos diez años.

Los atletas cubanos que se quedaron en Chile (Foto: Andrés Pérez)

La situación es dramática. “Van a tener que pasar ocho años para ver nuevamente a nuestras familias. No podemos volver a nuestro país”, esgrime, por ejemplo, la hockista Yakira Guillén. “Me quedé porque vi mejores oportunidades para desarrollarme como deportista de elite”, explica. Y vincula sus próximos intereses deportivos con el país que la acoge. “Quiero representar a Chile, queremos ser deportistas chilenas”, dice, en relación a la posibilidad de sumarse a Las Diablas.

La falta de libertad

Yurisan Socarrás, quien desertó en mayo, coincide en las razones que expone Guillén. “Uno de los motivos por el cual abandonamos la delegación, no solo yo, sino varios de mis compañeros, es la (falta) libertad de expresión de nuestro país y el seguimiento represivo. Nos controlan mucho como deportistas. Es muy dura la situación, por lo menos de parte mía, que fui uno de los primeros que deserté”, revela. “Fuimos dos compañeros más”, detalla. “Mi familia no lo sabía. Solo una persona más, mi papá. El pensaba que no iba a tomar esa decisión. Fue una situación de sorpresa. Era la primera vez que viajaba, que salía del país. No sabía cómo iba a enfrentar al mundo. La decisión fue muy compleja”, sostiene.

A su turno, Carta, dice que la decisión la tomó estando en Chile. “Ya que vi las expectativas deportivas que tienen aquí, los recursos que tienen para atender el deporte, al hockey. Mi familia tampoco estaba enterada de mi decisión. Fue una decisión muy dura. Al final, la familia apoya porque quiere lo mejor para uno. No obstante, se extraña. Es un apoyo, pero se extraña. Acá vamos a dar lo mejor de nosotras. A representar a Chile en algún evento que se pueda”, dice.

Illas recuerda la carrera que lo llevó al podio. “El segundo me ganó por un tilín, por una cabeza”, repasa. “Mi decisión fue tomada estando en Chile. No se la comuniqué a mi familia. Acá me sentí libre, me gustó mucho. Quise abrir una nueva vida”, explica en el foro. “Cuando más han pasado estos casos es de 2020 para acá. Hay que hacerlo escondido, nadie te puede ver. Terminé de competir el viernes. Nos íbamos el domingo. El sábado a las 5 de la madrugada, me recogió un carro. Todo el mundo estaba durmiendo, nadie me vio”, detalla.

Los pasaportes de los deportistas son retenidos por los encargados de la delegación. Las salidas eran vigiladas. “Me dijeron que a las 6 de la mañana me pasarían a buscar. Tuve que salir media hora antes”, detalla Illas, respecto de su plan.

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