El mensaje de WhatsApp entró al celular del general director de Carabineros, Mario Rozas, cerca de las 19.50 horas del pasado viernes 2 de octubre. Sentado en una sala de reunión de La Moneda, la máxima autoridad de la policía uniformada se enteró que poco antes, cerca de las 19.35, se había producido la caída de un menor de 16 años desde el puente Pío Nono al lecho del río Mapocho, en un operativo del equipo de Control de Orden Público. Por ello, hoy el carabinero Sebastián Zamora Soto (22) se encuentra en prisión preventiva, formalizado por la Fiscalía por homicidio frustrado.

La primera reacción del general Rozas, aseguran en su entorno, fue preguntar -por la misma vía de WhatsApp- si en el hecho el equipo de policías había utilizado escopetas antidisturbios. La negativa de sus asesores, detallan las mismas fuentes, lo llevó a seguir adelante con la reunión con autoridades de gobierno, sin mencionar lo ocurrido, ya que a esa hora entregaba detalles de las estrategias de control de orden público, la cantidad de incidentes en el sector de Baquedano y otros puntos de la ciudad, en la antesala de la primera conmemoración del 18 de octubre.

Los mensajes posteriores que entraron al celular del general Rozas le informaron sobre la cantidad de detenidos en la jornada y las críticas que comenzaban a surgir sobre el caso del menor lesionado.

El paso de los minutos -y las críticas e imágenes en redes sociales- llevó a Carabineros a designar a un portavoz para afrontar las denuncias que sindicaban a un policía como el autor de la caída del adolescente desde una altura de siete metros. Así, se designó al comandante Rodrigo Soto para asumir la primera vocería uniformada: “Quiero desmentirlo rotundamente. Por ningún motivo Carabineros arrojó a esta persona. Hay imágenes, las cuales fueron puestas a disposición de la Fiscalía, quien se dedicará a llevar la investigación”, aseguró a las 21.50 del viernes.

Las declaraciones incomodaron en Palacio. A tal punto que, apenas aterrizó en Santiago luego de realizar una visita a la ciudad de Iquique, el subsecretario del Interior, Juan Francisco Galli, conoció la versión de la policía y recibió llamados que le advertían sobre la existencia de nuevas imágenes que implicarían a un uniformado.

La molestia de Galli se hizo sentir en el alto mando de Carabineros. En conocimiento de este hecho, el general Rozas visó realizar una segunda vocería, en la cual, el mismo oficial que antes descartaba la participación de la policía, ahora daba una nueva versión aclaratoria. “Lo que Carabineros desmintió y vuelve a desmentir absolutamente es que se haya tomado de los pies a esta persona o que haya sido botado al río por un chorro del carro lanza aguas, como lo inventaron testigos en redes sociales”, dijo el mismo oficial cerca de la medianoche.

El llamado

Mientras en Carabineros aseguran que la tercera vocería a cargo del general Enrique Monrás -que realizó a las 10.00 del sábado- estaba planificada, en el Ministerio del Interior aseguran que esta nueva aclaración surgió por instrucción del gobierno, a fin de entregar detalles del caso que puso nuevamente en la mira de la oposición al general director Mario Rozas.

Quienes presenciaron reuniones de la máxima autoridad policial con sus generales, aseguran que Rozas planteó que creía en la versión del carabinero Zamora, motivo por la cual decidió presentar una denuncia ante la Fiscalía para que se investigaran los hechos. Sin embargo, en Carabineros no esperaban la arremetida de la Fiscalía, que imputó al uniformado el delito de homicidio frustrado, que hoy lo mantiene privado de libertad.

La escalada de críticas al manejo de este caso y la arremetida de parlamentarios que pedían la salida de Rozas, anunciaban citaciones a comisiones parlamentarias y reactivaban la acusación constitucional contra el ministro Víctor Pérez, llevaron a que el secretario de Estado tomara el teléfono el domingo a las 10.00 de la mañana y hablara con el general Mario Rozas. El tenor de la conversación culminó con una citación a la oficina del jefe de gabinete al día siguiente para informarle de los hechos que mantenían al menor internado con fracturas en sus muñecas y un TEC cerrado.

Aunque en el gobierno aseguran que mantienen el respaldo al trabajo que realiza el general Rozas, en Carabineros ven con preocupación la forma en que parlamentarios presionan -vía presupuesto- para sacar al alto oficial de su cargo. Pese a ello, detallan en la institución, hasta ahora el general Mario Rozas ha trabajado centrado en un único objetivo: planificar una estrategia que reduzca los incidentes violentos y evitar que se repitan episodios con personas lesionadas, en lo que en la propia policía llaman el “estallido social 2.0”.