Quién es Tomás Lagomarsino, el diputado de las humitas y excandidato de la Lista del Pueblo que se ha convertido en el dolor de cabeza del gobierno

El médico de 32 años quiso ser convencional de la mano del mismo pacto electoral de Rodrigo Rojas Vade. Luego compitió en la parlamentaria como independiente en cupo del Partido Radical; le fue bien, sacó la primera mayoría, arrastró a un socialista y meses después, cuando asumió como diputado, optó por militar en esa colectividad. Es parte de los negociadores por el acuerdo de la nueva Constitución y su voto se ha transformado en uno de los clave para la elección de la presidencia de la Cámara. Pese a que tanteó sumarse al acuerdo con Chile Vamos, La Moneda logró cuadrarlo.


Algunos lo llaman el voto número 78, y él lo sabe. Tiene 32 años, es médico, es la primera vez que llega a un cargo de representación popular y, en solo ocho meses, se ha transformado en un actor relevante del oficialismo. Su nombre es Tomás Lagomarsino, médico general, militante del Partido Radical (PR) y hoy uno de los votos clave para el gobierno para retener el control de la presidencia de la Cámara.

Este domingo, durante el cónclave oficialista, las bromas en su contra se hicieron presentes. “El cónclave de Chile Vamos no es acá”, le comentaron irónicamente algunos parlamentarios y dirigentes oficialistas en Cerro Castillo. Lagomarsino, cuando llegó hasta allá, estaba consciente de que el escenario podía ser incómodo.

Su figura tensionó al gobierno luego de que la semana pasada participara de una comida en la casa del diputado de RN José Miguel Castro. Lagomarsino llegó hasta Lo Barnechea a un encuentro de parlamentarios de Chile Vamos, el Partido de la Gente y algunos descolgados de la DC, para explorar la posibilidad de pactar un nuevo acuerdo administrativo que le permitiera a la derecha controlar la presidencia de la Cámara.

Llegar a esa comida provocó que recibiera críticas en su coalición. El más duro fue el presidente de RD, Juan Ignacio Latorre. “Fue ampliamente rechazado en la reunión de acá del oficialismo con las ministras presentes, porque ese tipo de acciones no se pueden o no se deben hacer de manera aislada o personal”, dijo el senador. Lagomarsino le respondió por Twitter: “Que extraño que el senador Latorre me cuestione por dialogar con Chile Vamos cuando él tuvo un acuerdo administrativo con el mismo bloque de la oposición en el Senado. Mientras el gobierno trata de mantener unidas ambas coaliciones, sus dichos nos dividen nuevamente”.

Previo a llegar donde Castro, quienes supieron de la jugada de Lagomarsino, dicen que tomó su teléfono y le avisó al gobierno. Dado que la diputada PC Karol Cariola bajó su candidatura y habían pasado días sin que el oficialismo tuviera un Plan B claro, el parlamentario pasó el recado a La Moneda de que en medio de este escenario volátil, iba a explorar otras alternativas. Si Cariola no se hubiera bajado, Lagomarsino estaba cuadrado y su voto no estaba en duda. Pese a las diferencias que tiene con el PC, valora su interés por los temas de salud y eso era suficiente para darle su voto.

Sin Lagomarsino La Moneda está en problemas. Con una Cámara fragmentada y sin mayoría, perder la testera de la Corporación es algo que hay que evitar a toda costa. Asistentes al cónclave en Cerro Castillo dicen que en mitad del encuentro se vio una reunión de Lagomarsino, el presidente del PR, Leonardo Cubillos, y la ministra del Interior, Carolina Tohá.

Esa fue la jugada de La Moneda para intentar cuadrarlo y tuvo efecto. “Vlado Mirosevic es una persona que a mi me genera total confianza, un demócrata, un gran líder de nuestro país (...) Es por ello que yo voy a votar por el diputado Vlado Mirosevic (...) Yo estoy votando por un demócrata, una persona dialogante que es capaz de asegurar gobernabilidad. No ha habido ninguna conversación que a mi me asegura en particular nada, mi voto es porque tiene convicciones y está en sintonía conmigo”, aseguró el diputado en un punto de prensa. Horas después cumplió su palabra y Mirosevic ganó la elección en segunda vuelta.

La historia para que Lagomarsino llegara a Socialismo Democrático -la coalición oficialista que agrupa al PS, PPD, PL y PR- es corta, pero tiene varios episodios contradictorios.

De la Lista del Pueblo al Partido Radical

La primera aventura electoral de Lagomarsino la hizo como independiente. Quiso ser constituyente y llegar a la Convención Constitucional para redactar la propuesta de nueva Constitución. No militaba en ningún partido, por lo tanto, se puso a juntar las firmas por su cuenta.

No le costó hacerlo y cuando ya las tenía listas, llegó la invitación. La expresidenta del Colegio de Matronas Anita Román, le presentó la opción de que compitiera por su escaño como parte de la Lista del Pueblo, la misma en la cual salieron electos exconvencionales como Rodrigo Rojas Vade y Giovanna Grandón, más conocida como Tía Pikachu.

Quienes conocen a Lagomarsino dicen que la oferta la aceptó solamente porque era una lista que tenía posibilidades electorales reales y su interés era salir electo. No le fue bien. Sacó 12.614 votos -el 3,8%- y quedó como séptima mayoría. Su distrito -el 7, que agrupa comunas como Algarrobo, Cartagena, Casablanca, Concón, El Quisco, El Tabo, Isla de Pascua, Juan Fernández, San Antonio, Santo Domingo, Valparaíso y Viña del Mar- eligió seis escaños. Estuvo a punto.

No se dio por vencido y meses después volvió a ir a la carga. Esta vez lo hizo muy lejos de la Lista del Pueblo. Un cercano suyo, militante de base del PR, le dijo que por qué no competía como independiente en cupo de ese partido y en la lista de Nuevo Pacto Social. La oferta le interesó, el partido además le era cercano, ya que un tío suyo milita en esa colectividad y la ideología del partido lo representaba. Esta vez lo dio vuelta, salió electo y se transformó en la primera mayoría. En esa oportunidad obtuvo 26.349, el 7,4% de los votos. De hecho, su buen rendimiento electoral permitió arrastrar al diputado socialista Tomás de Rementería.

Pese a que varios de sus compañeros de coalición comentan a sus espaldas que tiene un perfil de parlamentario de Chile Vamos, a sus cercanos le ha dicho que no se arrepiente de militar en el PR, no pretende renunciar y que, por ahora, se siente cómodo en el Socialismo Democrático.

Cuando le han preguntado cuál es su domicilio político, suele decir que se identifica como un socialdemócrata y un “liberalista igualitario”. Pese a eso, tiene muy claro que su base electoral no se identifica con la izquierda y es muy transversal, por lo mismo no causa extrañeza que él también se mueva de forma transversal en la Cámara.

Luego de asumir como diputado, Lagomarsino dio el paso y entró a militar oficialmente en el PR. La semana pasada, luego de su coqueteo con Chile Vamos, comenzó a circular por WhatsApp una foto de él posando en el frontis de una casa en la que hay un cartel que dice UDI. La imagen, que se viralizó para deslizar que Lagomarsino tuvo un pasado en la derecha, en realidad fue solo una humorada. La foto sería de hace más de 10 años atrás cuando el parlamentario estaba haciendo su práctica en el Hospital de Casablanca. Un día, con alguno de sus compañeros, pasaron afuera de esa casa -que era una sede abandonada- y se sacaron la foto como una humorada.

En el Congreso su figura no pasa inadvertida. Es conocido por andar siempre con humita. A sus amigos no les sorprende. Cuando era practicante, era el único de su generación que llegaba con corbata. Además tiene una colección de humitas. De hecho, cuando se tituló, usó una de esas y ahora como parlamentario su colección solo ha ido creciendo.

Lagomarsino construyó su carrera en el área de la salud. Antes de que cambiara los centros asistenciales por el Congreso, el diputado trabajó como médico general en el Cesfam Marco Maldonado de Viña del Mar. Nunca ha trabajado en el sector privado y además alcanzó a estar casi dos años en la unidad Covid-19 del Hospital Gustavo Fricke en Viña del Mar.

Estudió medicina en la Universidad de Valparaíso. Desde su época universitaria siempre ha estado interesado en los temas sociales. Como estudiante participó de la fundación del Preuniversitario Solidario de esa casa de estudios. Además, durante dos años fue presidente de la Federación de Estudiantes de Medicina de Chile.

En 2013 creó la Fundación Equidad. Desde ahí, Lagomarsino empezó a tener un rol como representante de la sociedad civil en la discusión de algunas leyes. En esa fundación destaca su participación en la tramitación de la ley Ricarte Soto y la ley fármacos I y II.

Su voto para salvar a Pizarro

Su voto para la presidencia de la Cámara no es la primera vez que resulta clave. Hace una semanas pasó lo mismo cuando se votó, en la comisión de Derechos Humanos, una censura en contra de la presidenta de esa instancia Lorena Pizarro (PC).

Se trataba de la segunda censura. La primera, Lagomarsino ya la había votado en contra y fue muy crítico de la jugada que quiso hacer la oposición. En la segunda censura, su voto estuvo en duda. Quienes supieron de lo que pasó esa vez dicen que Lagomarsino puso una condición.

Le pasó el recado al PC: si Pizarro invitaba a Sergio Micco a exponer a la comisión, él se abstendría. El día en que se votó su censura, antes de sufragar, se puso como acuerdo invitar al exdirector del INDH. El consenso fue unánime y tuvo el voto favorable de Pizarro. Luego, cuando se resolvió la censura, Lagomarsino se abstuvo y Pizarro se salvó.

Lagomarsino no solo está preocupado de los temas de salud. De esa área sus principales batallas son aumentar el presupuesto de la ley Ricarte Soto y hacerle modificaciones al sistema de licencias médicas. Sin embargo, fuera de esos tópicos, el diputado se ha metido en la discusión por el acuerdo por una nueva Constitución.

Así lo acordó con el timonel del PR y el jefe de su bancada, Cosme Mellado. Lagomarsino participa de las reuniones ampliadas y a veces en las más reducidas junto con el resto de los partidos negociadores. Para fijar sus posturas tiene contacto permanente con el decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Central, Emilio Oñate. El abogado es la persona designada por el PR para asesorar en el tema. Pese a que cuando participa de esas reuniones habla poco, varias semanas atrás fue una voz oficialista que pidió incorporar la propiedad de los fondos de pensiones dentro del listado de bases institucionales.

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