El 6 de julio del año pasado, la vida de Stan Lee cambió de manera drástica. La muerte de Joanie Lee, el amor de su vida y su esposa por casi 70 años fue un gran golpe anímico para el legendario creativo detrás de gran parte del legado de Marvel Comics.

Joanie era mucho más que un sustento emocional. Era un cable a tierra, la persona que ayudaba a Stan a tomar las decisiones correctas en su vida. Desde haberle dado la motivación para crear a Los Cuatro Fantásticos hasta guiarlo con el manejo de su dinero -ya que Stan Lee nunca ha confiado en los bancos y prefería esconder su dinero a través de toda la casa-, la ex modelo era la parte racional mientras que Stan respondía más a los impulsos y las emociones.

Pero tras su fallecimiento, Stan Lee perdió más que a su alma gemela, perdió quizás la última barrera de protección que tenía frente a sus más peligrosos enemigos. De cierta forma, Stan se había quedado sin su superheroína.

Los enemigos de los que hablo no tienen nada que ver con los villanos que aparecían en sus historietas. No venían de otras dimensiones ni tampoco buscaban dominar el mundo. De hecho, son una amenaza tan cercana que Lee les abría la puerta de su casa y de su corazón. Hablo del círculo más íntimo de Lee, formado por sus asistentes y compañeros más cercanos, pero también con la enemiga más improbable de todas: su propia hija. 

Toda esta situación fue reflejada por un artículo de The Hollywood Reporter, a raíz de un documento supuestamente creado por Stan Lee en donde parecía pedir ayuda sobre su situación.

Los nombres de este círculo cercano son J.C. Lee, la única hija de Stan y única heredera del imperio creado por su padre, Jerry Olivarez, un consejero y cuidador de Lee de toda la vida, Max Anderson, el manager de Lee y propietario del Stan Lee Museum, una muestra itinerante que pasa por las convenciones de comics más grandes del mundo y finalmente Keya Morgan, un vendedor de antigüedades relacionas con famosos y que actualmente es el cuidador oficial de Stan Lee.

Todos estos nombres están involucrados en un espiral de historias turbias con múltiples versiones y que solo reflejan lo peligroso en que se ha convertido el mundo alrededor del padre de Spider-Man.

Comencemos con Jerry Olivarez. Antiguamente, era un vendedor de flores que luego pasó a ser publicista y, tras la muerte de Joanie, se convirtió en la mano derecha de Stan Lee. Jerry le tomaba hora con los doctores, le conseguía las enfermeras e incluso lo ayudaba durante las negociaciones de contratos que Lee debía supervisar como co fundador de Pow! Entertainment, la productora de la que Stan Lee forma parte desde el 2001.

Pero en diciembre del año pasado, fue alejado de la vida de Stan Lee. Lo acusan de haber robado un cheque de 300 mil dólares, el cual fue usado para comprar una casa a su nombre. Olivarez se defiende diciendo no sólo que el cheque fue entregado como agradecimiento por el trabajo hecho, sino que también, por una operación confabulada entre Max Anderson, su manager y Keya Morgan, el hombre de negocios que no sólo se acercaba cada vez más a la vida de Lee, sino que a la de su hija.

Razones para atacar a Olivarez habían. Jerry había impedido un negocio que buscaba que Stan Lee renunciara a Pow! y se uniera a una firma de negocios cercana a Morgan y a su vez, había acusado a Anderson de apropiarse indebidamente de objetos que habían sido prestados por Stan Lee para su museo, los que el decía que eran regalos personales, aun cuando una declaración firmada en agosto del año pasado asegura que el trato entre Lee y Anderson hablaba sobre un préstamo y además una tarifa de un 50% de las ganancias del museo que debían ir directamente a las arcas de Lee.

Ante esto, dice Olivarez, Morgan y Anderson decidieron sacarlo del camino usando la historia del cheque para amplificarla en los medios y así obligar a Lee de despedir a su confidente.

Pero Olivarez tampoco tiene un récord tan limpio. Jerry estuvo detrás de la idea de vender comics firmados con el ADN de Stan Lee, algo que según el estaba aprobado tanto por el escritor como por su hija. Historia que luego fue vinculada a un supuesto robo de sangre por parte de una enfermera cómplice de la historia.

Ya con la mano derecha fuera de la pista, una nueva guerra comenzaría en el cada vez más cerrado círculo de Stan Lee, esta vez, enfrentando a Max Anderson y Keya Morgan. 

Ambas figuras trataron de influir sobre Stan Lee, en sus diferentes estilos. Cada cual quería quedar como el héroe, y dejar al otro como el villano.

Y en este tire y afloja, ganó Morgan, a quien se le acusa de haber filtrado el pasado criminal de Anderson, quien estuvo un año en la cárcel por un caso de violencia doméstica, además de acusarlo de filtrar a los medios historias que lo hacían parecer como un mal manager en los eventos a los que asistía Lee. Finalmente, el día 16 de febrero, Anderson fue excomunicado del círculo íntimo de Stan Lee, pero no sin antes participar de un confuso incidente.

El 13 de febrero pasado, un documento supuestamente escrito por Stan Lee, publicado por su abogado Tom Lallas, llegó a una notaría de Los Angeles, California. En el documento, Stan Lee relata un altercado que habría tenido el 10 de febrero contra su hija JC y Kirk Shenck, su abogado.

En el documento, se relata que tanto JC Lee como Schenck querían hacer que Stan Lee incluyera más propiedades dentro de los bienes heredables para su hija, algo que nunca ha querido el escritor ya que sabe que su hija tiene malos hábitos para gastar y prefiere que viva de los dividendos de otros inversores.

El asunto es que en este documento, Stan Lee habla de su hija como inmadura e incapaz de manejar sus propias finanzas, pero también menciona a tres hombres malintencionados, quienes jamás deberían quedar a cargo de su dinero ni su herencia: Jerry Olivarez, Kirk Schenck y, oh sorpresa, Keya Morgan. El nombre de Max Anderson no aparece en el documento.

Stan Lee niega haber escrito esta declaración, a pesar de contar con su firma y la aprobación de su abogado, lo que al parecer se explicaría porque no sería nada más que una estrategia de último minuto de Anderson para intentar hacer caer a todos sus enemigos. De hecho, Stan Lee subió un video, enviado por Morgan, en donde aparece diciendo que "su relación con su hija nunca ha estado mejor, lo mismo que con su amigo Keya Morgan".

Entonces, parece que todo está solucionado ¿No? Las malas influencias se alejaron de Stan Lee y tanto Morgan como su hija JC se han concentrado en entregarle a Stan Lee la mejor vida posible.

El problema es que es todo lo contrario.

Desde aquel día en que Stan Lee se arrepintió de su declaración firmada, Morgan comenzaron a tomar el control de la vida de Stan. Su asistente Mike Kelly, con más de 25 años de trayectoria, fue cambiado por un amigo de Morgan, despidieron al jardinero, cambiaron los teléfonos de contacto e incluso los correos de Stan Lee ahora son vigilados y compuestos por Morgan, según el, porque el escritor ya no puede leer letras pequeñas.

Todo esto, en complicidad con su hija, quien siempre ha demandado más dinero y más libertades a su padre, algo que su madre era muy buena para restringir, pero Stan Lee, no tanto.

Tanto JC Lee como Keya Morgan participaron en un confuso incidente ocurrido el 15 de marzo, cuando ambos entraron en medio de la noche y sin autorización a las oficinas de Pow Entertainment para retirar algunas pertenencias de Stan Lee. Esto, sin autorización a pesar de que Lee siempre ha tenido acceso a todos sus artículos personales, por lo que no tenían necesidad en hacerlo tan "a la mala". Y nuevamente es a través de un video, compartido por Morgan, que Stan Lee explica que el le había pedido a sus dos personas más cercanas ayudarlos a traer esos objetos.

Según Anderson y Olivarez, la pareja de JC y Morgan solo busca quedarse con el legado de Stan Lee: ella busca el acceso a toda la herencia y el, a su propiedad intelectual. De hecho, es él quien se encuentra ya negociando los derechos para hacer la biopic del escritor, algo que claramente sería un éxito rotundo.

https://youtu.be/aXtARr5sCCM

Pero a juicio de lo ocurrido hace unos días en la Comic Con de Silicon Valley, tampoco vemos un trato demasiado cuidadoso frente al genio de las historietas. Se le vio decaído, cabizbajo, cubierto con una manta y obligado a firmar cientos de artículos que probablemente luego serán vendidos por eBay. Es la trágica historia que hoy en día mantiene a Stan Lee en busca de un héroe en un mundo que, luego de la partida de Joanie, solo ha sabido entregarle los más despreciables villanos.