“La crisis que estamos viviendo no solo es de las isapres. Lo que está sucediendo es un efecto dominó donde todos los que somos partes del sistema estamos siendo afectados”.

Las palabras son de Gabriela Garnham, gerente general de las Asociación de Dispositivos Médicos de Chile (Adimech), quien sostiene que por falta de legislación específica, ellos se han visto sujetos a criterios que no aplican a su categoría y hacen tremendamente compleja la eficiencia en su uso y la disponibilidad para la red de salud, tanto pública como privada.

“La compleja situación que viven las isapres está impactando a diferentes sectores de la salud, incluso a aquellos que podrían parecer lejanos, como los dispositivos médicos (DM), elementos clave para diagnósticos precisos, tratamientos efectivos y el monitoreo continuo de pacientes, cuya disponibilidad y uso se está viendo afectado por la crisis de salud, además de la falta de regulación en la materia”, dice Garnham.

En Chile existen más de 2 millones de dispositivos médicos (cualquier artículo, instrumento, aparato o máquina), pero solo 10 están regulados. “Lamentablemente la legislación y las autoridades de salud confunden los DM con los fármacos y nos ponen en el mismo saco. Pero los DM requieren una legislación particular, muy distinta a la de los medicamentos. Una regulación que pueda abordar la calidad, disponibilidad y uso eficiente”, señala.

Uno de los problemas más apremiantes es la accesibilidad. A medida que aumenta la demanda de atención médica, explican desde Adimech, la escasez de ciertos dispositivos médicos es evidente, afectando directamente la capacidad del sistema de salud de satisfacer las necesidades de la población.

Otro aspecto crítico es la actualización tecnológica y capacitación del personal de salud en el uso de estos dispositivos. La rápida evolución de la tecnología médica exige contar con “especialistas clínicos” un aporte del sector y una inversión continua en la formación del personal para garantizar que los dispositivos se utilicen de manera eficiente y segura. La falta de capacitación puede llevar a subutilización o incluso a errores perjudiciales para los pacientes.

“La legislación chilena no se ha estandarizado a los criterios internacionales de dispositivos médicos, lo que nos afecta tanto desde la perspectiva de salud como desde los criterios de libre competencia y de inversión en nuestro país. Este es un tema complejo y es crítico que los DM tengan una legislación seria y en línea con los países OCDE”, recalca la gerente de Adimech, siendo enfática en la urgencia de separar a los dispositivos médicos de los fármacos.

Y añade: “La crisis de la isapres tiene acaparada la agenda de salud, por lo que temas tan relevantes como este están quedando para atrás, convirtiéndose en una bomba de tiempo que aún podemos evitar si es que trabajamos de manera sistémica y colaborativa entre las autoridades y los actores relevantes de la salud”.