"Había una gran ansiedad en la ciudadanía ese día, se estaban jugando cosas muy importantes. Yo voté por el Sí porque consideraba que el país no estaba consolidado, desde el punto de vista económico para llegar a ser desarrollado", recuerda el presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), de esa época, Manuel Feliú, quien después fue un importante articulador de acuerdos con la CUT.

¿Había una dicotomía entre desarrollo y democracia?

En ese tiempo se veía como factible llegar al desarrollo debido a las altas tasas de crecimiento que habían como consecuencia de la estrategia de desarrollo que había realizado cambios estructurales profundos, lo que ha posibilitado los logros actuales. Aún así la situación interna estaba muy compleja. El hecho de que el país hubiera votado por el No fue un acierto, porque entre ser un país desarrollado y tener un avance democrático ahora me parece que la democracia vale más que cualquier cosa.

¿Cómo explicaría el animus empresarial en ese tiempo?

El país no estaba consolidado políticamente, había guerrillas, hace poco había sucedido lo de Carrizal. Había miedo evidentemente, pero no mayor de los empresarios, sino de todos en general. También había gente que pensaba que la consecuencia de que ganara el Si era que el Presidente Pinochet se consolidaba por 8 años más, lo que parecía una locura realmente, ¿no?. Un gobierno de tantos años, como llevaba Pinochet, cansa al final, por eso mucha gente de centroderecha votó por el No, porque creían que era tiempo de un cambio político.

Ganó el No, y ¿cómo explica lo que ocurrió en términos económicos?

Finalmente lo favorable del gobierno militar fue que cumplió estrictamente con su planificación en el evento que perdiera. Creo que al Presidente Aylwin le sirvió mucho lo que había ocurrido en el mundo, como la Perestroika en Rusia, la caída del muro de Berlín, se derrumbaron los socialismos reales, porque si Aylwin hubiera llevado adelante el plan que tenía como candidato, que era una planificación absolutamente socialista, evidentemente que habría sido muy negativo para Chile; como era un gran estadista se dio cuenta que por ese lado no iba la cosa y desarrolló la libertad económica, y acuerdos de libre comercio.

¿Aylwin proponía otro modelo?

Aylwin era muy astuto y se rodeó de ministros de gran categoría como Alejandro Foxley (de Hacienda) que en sus libros planteaba teorías contra el modelo del gobierno militar, era un estatista, pero ambos se olvidaron de sus ideas en materia económica y entraron de lleno en la libertad de comercio. Al Presidente Aylwin también le ocurrió una cosa muy importante, que siempre la estaba diciendo, y es que tuvo paz social ya que durante su gobierno no hubo ninguna conmoción interna de tipo popular que lo complicara y eso hizo que fuera un gobierno muy tranquilo. Ello como consecuencia de los acuerdos que firmamos con Manuel Bustos de la CUT, y la paz social funcionó hasta el gobierno de Frei, diría yo.