La nueva sintonía de la ex vocera

Una vez que finalizara sus funciones en La Moneda, la otrora portavoz de gobierno, Cecilia Pérez, asumió la conducción de un programa radial para comentar la contingencia política.




¿LA RETROEXCAVADORA? A ti te gusta eso", pregunta la ex ministra Cecilia Pérez al sociólogo Fernando Villegas. Son las 9.30 del miércoles y junto al columnista se encuentra en una diminuta sala de radio Agricultura. La consulta, que también es sugerencia, es la confección de una pauta de temas para, en media hora más, sentarse frente a un micrófono y comentar la contingencia. Hasta ese día, aún resuenan los ecos del incandescente concepto acuñado por el líder PPD Jaime Quintana.

Es la nueva vida pública de la ex vocera de gobierno. Desde que el 11 de marzo abandonara La Moneda, Pérez aceptó la locución del programa "Las cosas por su nombre", conducido junto a Villegas. Por esto, su rutina de ciudadana común, amén de desayunar en cama y pasar a dejar a sus hijas al colegio, también pasa por leer la prensa, los correos de los auditores y definir los temas a analizar entre las 10.00 y las 11.00.

Así, desde que se plantara frente a las cámaras a defender el gobierno anterior, ahora la militante RN espera en el estudio la señal del radiocontrolador, el encendido de una luz roja, seguido de un pitido que anuncia el inicio del programa.

La agenda de tópicos a comentar se sintetizan en tres: los desafíos en educación, el debate sobre la aplicación de la Ley Antiterrorista en La Araucanía y, desde luego, la alegoría doctrinaria del vocero de la Nueva Mayoría. Es aquí donde los conductores se detienen en largo tiempo.

Villegas recuerda al ex senador Camilo Escalona y otra metáfora de la microhistoria reciente, "fumar opio", para hacer un repaso a los convulsos años 60 y 70, cuando el buen juicio también exigía cambiar modelos y sistemas; confiesa aprensiones. Pérez coincide, pero acaso por su rol de ex vocera de Palacio, ejemplifica con casos y personajes concretos. "Aquí hay un tema de fondo, un tema ideológico", sostiene y reconoce las voces oficialistas que llamaron a la mesura, desde el ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo, a la diputada comunista Karol Cariola. Pese a ello, Pérez se permite una ironía y cita al senador Alejandro Navarro, quien a la retroexcavadora sumó una "motoniveladora" al debate. "Con la motoniveladora yo me acordé de su accidente en moto...", dice sonriente, para dar paso a la lectura de correos electrónicos de la audiencia.

Presenciar a Pérez y Villegas también es una muestra de sus formas de conversar y una prueba de la llamada "magia de la radio". Mientras Villegas suele subir y bajar el cierre de su cortaviento mientras reflexiona en voz alta, la otrora secretaria de Estado lo mira atenta, con la órbita de sus ojos un poco más abiertos de lo normal, para luego replicar con un suave tono de voz y una generosa sonrisa. Da la impresión que fuera una tertulia entre amigos en el living de la casa, si no fuera por la llegada del corte comercial.

En la pausa, Cecilia Pérez da rienda suelta a uno de sus gustos: la conexión a redes sociales. Revisa su teléfono de funda fucsia y echa una mirada a los comentarios del programa en Twitter. "Mira Fernando, eso que dijiste te lo retuitearon", le dice indicando al computador a Villegas, quien observa con el mismo rostro de quien asiste a un zoológico. "Ya vas a caer en esto", le advierte.

Suena el pito final y finaliza el programa. Al estudio ingresa el humorista Sergio Hirane, quien bromea diciendo "aquí hay puros momios". Se escuchan risas. Pérez, en tanto, confiesa que, de los formatos comunicacionales, la radio es la que más le atrae. "Y me han preguntado si tomé cursos de locución, me han dicho incluso que tengo la voz sexy, jajá", confiesa con indisimulado orgullo. Sale de la radio y adelanta que va a darse una vuelta a la nueva sede de Amplitud. "Unos amigos", remata.

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