Apenas habían transcurrido un par de horas de votación del debut de las primarias municipales legales, el domingo 19, cuando parlamentarios de la Nueva Mayoría y de Chile Vamos, casi en simultáneo, evidenciaban el escaso interés ciudadano que despertaron las 93 elecciones repartidas por todo Chile (53 del oficialismo y 43 de la oposición) y comenzaron a transparentar un debate que -en reserva y hasta con pudor- desde hace semanas recorre los pasillos del Congreso: el regreso al voto obligatorio.

Ya en los días previos a las primarias, en el Senado algunos legisladores habían sostenido conversaciones informales, primero sondeando el ambiente y, después, planteando la posibilidad de que los parlamentarios que no tienen que disputar su reelección en 2017 presenten un proyecto de reforma constitucional para reponer la obligatoriedad del sufragio. No encontraron adeptos totalmente convencidos.

Con las 282.506 personas que según el Servel llegaron a votar -de un universo de poco más de cinco millones-, los conversos respecto de la iniciativa impulsada en el primer gobierno de Michelle Bachelet salieron a la luz para transparentar su arrepentimiento.

Según un sondeo realizado por Reportajes, entre 37 de los 38 senadores -sin considerar al desaforado Jaime Orpis- serían al menos 18 los parlamentarios que están por legislar la materia. Para hacer esta modificación de carácter constitucional se requieren los tres quintos favorables en ambas cámaras.

Reportajes contrastó los dichos de algunos senadores en las discusiones parlamentarias de 2009 y 2011 -cuando en los gobiernos de Michelle Bachelet y Sebastián Piñera se optó por la inscripción automática y el voto voluntario- con sus planteamientos actuales en la materia.

A principios de semana, alertado por la ofensiva de los parlamentarios, en el gobierno intentaron zanjar el tema, tratando de evitar abrir un flanco adicional justo en la semana en que el Ejecutivo ingresó el veto en la reforma laboral y el reajuste al salario mínimo al Parlamento. "Es muy legítimo que algunos hoy día se lo replanteen", dijo el lunes 19 el vocero Marcelo Díaz, quien remarcó los límites de la cancha donde debería, para el gobierno, discutirse la idea: "Hay un lugar específico y un espacio para poder plantearlo, que es el proceso constituyente". El tema fue incluido en el ítem de los "deberes y responsabilidades" en la pauta de los encuentros locales de la nueva Constitución, que finalizan este martes 28.

El llamado de La Moneda, sin embargo, no tuvo el efecto esperado. El martes 21, en Valparaíso, los senadores de la Nueva Mayoría dedicaron buena parte de su almuerzo de coordinación a analizar los resultados de las primarias legales, revisar la escasa participación y sincerar posiciones.

Los senadores PS Juan Pablo Letelier y Fulvio Rossi reafirmaron su convicción de convocar voluntades para volver a la obligatoriedad. Si bien los parlamentarios socialistas fueron secundados por algunos de sus pares de la DC y el PPD, como Andrés Zaldívar y Guido Girardi, respectivamente, no todos estuvieron de acuerdo con emprender una iniciativa de ese tipo. En especial, porque, a juicio de varios, como Isabel Allende (PS) o Jaime Quintana (PPD), más allá de la necesidad, este no es el momento para avanzar en una materia como esta.

"Es un deber político y ciudadano, hay que restituir el voto obligatorio. ¿Cuándo es un buen momento para discutir esto?", dice el senador DC Manuel Antonio Matta. A mediados de 2015, un grupo transversal de senadores -Juan Antonio Coloma (UDI), Jorge Pizarro (DC) y Felipe Harboe (PPD), entre otros- ingresó una iniciativa para volver al voto obligatorio. La razón esgrimida por uno de sus redactores, el RN Francisco Chahuán, es que aprobar la voluntariedad del voto fue "un error".

Ese texto contó incluso con el apoyo del ex Presidente Ricardo Lagos, quien durante su mandato manifestó su adhesión a la inscripción automática y el voto voluntario, pero que con el paso del tiempo se convirtió en uno de sus principales detractores. "Reponer el tema de la obligación del voto cuál es: la lógica de que así como hay derechos para los ciudadanos, el país tiene el derecho, a su vez, de decirles a los ciudadanos 'dedique un minuto de su tiempo a pensar qué es lo mejor para Chile y vote'", ha dicho el ex mandatario. La iniciativa no ha tenido grados de avance.

Con todo, un grupo de diputados pedirá en los próximos días una audiencia con Patricio Santamaría, presidente del directorio del Servel, para explorar la posibilidad de avanzar en materias como el voto electrónico. La intención del grupo de legisladores -de oficialismo y oposición- es "agotar todas las posibilidades" antes de que el debate por la obligatoriedad del voto se torne inevitable. En tanto, el senador DC Patricio Walker acudirá donde el ministro del Interior, Mario Fernández, para intentar reponer un proyecto de ley -que en 2011 se quedó sin patrocinio del Ejecutivo- con beneficios para quienes ejerzan su voto. "Queremos emular la experiencia colombiana, donde las personas que van a votar obtienen medio día libre al mes siguiente de la elección. Es una buena fórmula para incentivar el voto", explicó el parlamentario DC. La iniciativa original incluía, además, transporte público gratuito para el día de la votación y puntaje adicional para acceder a una serie de beneficios sociales.